Capítulo 48: Mirando al futuro

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Dos semanas después de ese romántico y tranquilo encuentro, Peter había descubierto que ya no necesitaba ninguna pelotita de silicona para ejercitar su mano. Los pechos de Lali eran la mejor terapia.

No solo para sus músculos del brazo, sino también para ese músculo que acompaña a su sistema reproductor.

También habían descubierto que ese bonito mueble repisa que tenían en la habitación, y que funcionaba como estante para el televisor y fotos de viajes y recuerdos, tenía la altura perfecta para que su ex mujer se recostara sobre él, apoyando sus manos en la pared y permitiéndole posicionarse lo suficientemente cómoda, como para brindarle a él una excitante postura que le facilitaba penetrarla con comodidad.

Habían vuelto a practicar el sexo como en su mejor momento, incluso a pesar de la incomodidad que todavía sentía Peter. Sólo faltaba un poco más de salvajismo, que iba a llegar cuando estuviera totalmente repuesto.

El cabestrillo había desaparecido y el brazo comenzaba a moverse libre. Sólo tenía rigidez sobre sus hombros, que poco a poco iría perdiendo con la rehabilitación.

Estaban a fines de abril, y el jueves 2 de mayo Peter volvía a trabajar, por eso, ese fin de semana anterior y que traía consigo el feriado del 1 de mayo, decidieron celebrarlo yéndose a Cariló, con Eugenia y Nico, que eran los únicos que podían entender ese pasaje de estar divorciados pero conviviendo. A los ojos de todos, se iban con la excusa de que Peter descansara antes de volver a trabajar.

El dato curioso en todo este tiempo, es que a pesar de haber vuelto al sexo, Lali aún dormía en el cuarto de al lado.

Parecía una tontería, después de todo lo que pasaba entre ellos, pero tenía una explicación, y era que ella le había dicho que iban a volver a dormir juntos, cuando él la reconquistara.

Los dos aceptaron el desafío. Y por eso a veces Allegra dormía con su padre en la cama grande y ellos aprovechaban para tener sexo cuando ella estaba en el jardín, cuando iba a danza o cuando estaba en casa de sus abuelos o tíos.

Los 4 días en la playa les vinieron bárbaro para cambiar de aire. A pesar del clima fresco pudieron disfrutar otra vez todos juntos como en los viejos tiempos.

Magnolia y Allegra se divertían a la par, dibujaban, se disfrazaban, jugaban con las muñecas o cantaban frente a la tele con sus madres. La que empezaba a aburrirse era Rufina, que quería estar más con Eugenia y Lali, antes que con las chiquititas.

Estaba por cumplir ya 10 añitos, y crecía a pasos agigantados.

Durante ese fin de semana se encontró más a gusto conversando con los adultos y atenta a su teléfono, que con su prima y hermana.

Una de las situaciones más graciosas la vivieron el domingo por la tarde. Lali y Eugenia estaban sentadas en el living enorme charlando y mirando revistas de decoración, y Rufina con ellas sentada en el hueco de las piernas de Lali.

Magnolia y Allegra jugando a las muñecas y Peter y Nico mirando un partido de fútbol.

Rufina las descoloca preguntando - Tía... ¿te puedo preguntar algo?

- Claro mi amor... ¿Qué?

- ¿volvieron con el tío Pitty?

- ¡Rufina! ¿Qué te importa?

- ¡Dejala!... claro que le importa...

- ¡Claro que me importa Má!... yo quiero que estén juntos...

- Todavía no Rufa... viste que el tío tuvo el accidente y necesita ayuda... y bueno, no podía dejarlo sólo.

- Ajamm... ¡No tendrían que haberse peleado nunca!

Una vez más...Where stories live. Discover now