Capítulo 4. Conociéndome, Conociéndote (parte 1)

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Parqueó su camioneta fuera del edificio donde quedaba su despacho en el tercer piso. Dio las llaves al valet e indicaciones como a diario hacía, para que la parquearan en su privado.

Ocupaba un vaso de café Latte en su mano izquierda y en la otra llevaba su portafolio.

Vestía esa mañana, un elegante traje de pantalón de gabardina confeccionado a la medida en conjunto con un blazer que remarcaba su esbelta figura, todo en color negro (como la mayoría de sus ropas) y una elegante bufanda de cachemir color marrón claro que hacían resaltar sus exquisitos ojos.

Al llegar al despacho, su asistente Alesya Strong; la recibió con varios folders en la mano, listos para ser analizados.

— Así es cómo recibes a tu jefa, Alesya? — Dijo regalándole una amena sonrisa a la joven de veintidós años mientras caminaba.

— Buenos días, Rachel — rió para luego seguir a la morena que ya entraba a su lujosa oficina — Disculpa que te reciba así, pero son los documentos que dejó la señora Mercedes ayer antes de marcharse y me dijo que te los entregara apenas pusieras un pie en la oficina.

— Mercedes... — bufó — va hacer que mi cabeza se tiña de blanco antes de tiempo. Bien Alesya, no te preocupes — y colocó el portafolio sobre la mesa junto a la refinada bufanda que se había quitado apenas puso un pie en el despacho — Déjalos allí que luego los reviso. Te ha dicho Mercedes a qué hora regresará hoy?

— No, sólo se despidió ayer y que iba a una reunión social — Rachel rodó los ojos. Alesya negó divertida con la cabeza — Por cierto, ayer tú esposa llamó en horas de la tarde, supongo que tuvo que haberte dicho — Su joven rostro se puso algo serio recordando la llamada.

— Si, ayer me ha dicho eso — Tomando asiento — Preguntó algo más? Te trató mal? Porque de ser así...

— Tranquila Rachel — interrumpió Alesya caminando hacia la puerta del despacho — Sé como es Santana y su carácter es algo que jamás cambiará. No te preocupes. Ah! Antes que se me olvide, tus cuñados y tu suegra vendrán en una hora. Llamaron para pedir cita y preguntar si habías llegado — concluyó la joven antes de caminar un poco más hacia la salida.

— Gracias. Cuando lleguen, hazlos pasar por favor — La chica asintió y cerró la puerta.


De nuevo, se encontraba sola en su despacho con un montón de papeles a su alrededor. Tenía que recibir a la familia López en pleno, y sólo rogaba al cielo que no tuviera que ir almorzar con ellos.

Sacó su móvil e hizo una llamada telefónica pero sólo cayó el buzón de mensajes, así que optó por dejar uno en la máquina contestadora, esperando obtener una respuesta de regreso, en algún momento del día.

"Mercedes, soy yo Rachel. Por favor comunícate a la brevedad cuando escuches el mensaje. Espero no estés aún en alguna de tus extrañas reuniones sociales"

Negó con la cabeza y se dispuso a lo suyo. Su portátil la encendió mientras terminaba de tomar los restos de su Latte. Realmente una delicia con un agradable aroma.

[...]

Tenía un juicio pendiente y expedientes porordenar, así que tomó uno al azar, de los folders que Alesya había dejado en suescritorio y comenzó a laborar. Todos tenían el mismo status remarcado porfuera: "PENDIENTES".

Así transcurrió solo media hora. Su mente ya no estaba concentrada en lo quedebería estar haciendo, de repente se encontraba en otro lugar, quizás en...otra galaxia? Sin pensarlo dos veces, paseó por su correo personal y abrió unanueva redacción. Necesitaba sacarse una duda, saber que había detrás de todaaquella energía que guardaba su elocuente escritora.

"Hola Psichoheart. Buenos días. Espero que vuestros amigos de la otra galaxia, no hayan venido a por ti y haberte secuestrado, aunque sé que si sabes manejar tus tijeras, te habrás sabido defender. Saludos, Barbra31" — Enviar.

Cerró los ojos y pasó su mano por la cara. Si estaba haciendo una locura, quería saber hasta donde tendría que usar una chaqueta de fuerzas. Redujo la página y siguió en su mundo legal. Chequeó el reloj de la portátil y eran las 10:03 am. No tardarían en anunciar que sus cuñados estarían allí buscándola, así que, decidió dejar el trabajo a un lado por unos instantes y en el justo momento el teléfono fijo de su oficina repicó.

— Si?.... Está bien Alesya, diles que continúen y por favor, no pases llamadas al menos que sea Mercedes diciendo que apareció en China y no sabe como — colgó y se acomodó en el respaldar de su silla. Le gustaba lucir portentosa delante de su suegra, así lograba bajarle los humos a Maribel López ya que aparentaba tener el mundo a sus pies cuando a veces pasaba desapercibida para este.

— Adelante — Dijo respondiendo el llamado de la puerta. Entró Santana junto a una mujer delgada y elegante, morena de grandes ojos pardos (muy parecidos a los de su hija) y con aires de insuficiencia. A su lado, dos hombres, mayores de 30 años. El de la izquierda, moreno de ojos negros, alto, bien parecido de nombre Román López, era el hermano mayor de su esposa y el no tan genio de la familia, el de la derecha; castaño claro de ojos marrones más claros, de mediana estatura, bien parecido (el mismo retrato de su fallecido padre), llevaba por nombre Vladimir. Representaba al hermano del medio y el más "listo" (según él mismo) de los López.

Amigas Con DerechosWhere stories live. Discover now