Capítulo 38: Rachel Berry "RELOADED"

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La exuberante rubia, se encontraba aún de pie frente a la puerta abierta mientras veía lascivamente a Rachel, quien seguía sosteniendo el picaporte de la misma, sin intención alguna de dejarla entrar.

Rachel Berry, una mujer bastante guapa y con atributos muy bien distribuidos por toda su esbelta figura, vestía aquella mañana sabatina, pantalones vaqueros de color gris bien ajustados, haciendo que resaltaran sus caderas bien formadas. Le seguían una remera color blanco ceñida al torso con un pequeño corte en "V", que acentuaban sus pechos de una manera que hacían que Becca, no perdiera de vista aquellos dos objetivos que había enfocado, una vez la morena le había dado la "Bienvenida". La americana roja, había pasado inmediatamente a segundo plano.

— Veo que has perdido los modales después de todo, aunque no tú belleza — Anunció Becca, entrando a la oficina sin ser invitada. Rachel rodó los ojos, negándose a cerrar la puerta.

— Por favor Becca, si eres tan amable, ¿podrías desocupar mi despacho? Tengo cosas que hacer y no estoy para perder el tiempo.

— Rachel... — Dijo tomando asiento en el amplio sofá, cruzando sus piernas — Solo vienes a pasar el tiempo porque no toleras estar en tú casa con la insoportable de tú mujer, así que... Tenemos tiempo para charlar un rato — Abrió los brazos para rodear y, acariciar el contorno del sofá donde descansaba. Escuchó un portazo. Seguía calmadamente sentada, siendo observada por la morena desde el umbral de la entrada de la oficina.

— No tengo porque darte explicaciones de mi vida personal y mucho menos charlar de manera amena contigo. No estamos en un puto picnic!!!

— Uy!! Que carácter tienes hoy... Cuéntame... ¿Acaso la niñita malcriada con la que sales, te dejó? — Berry entrecerró los ojos, acercándose despacio a la figura que tenía delante de sus marrones pupilas.

— No la nombres ni un minuto más, Becca. Te queda grande — Se reclinó un poco para quedar a la altura de la mujer en el sofá — Creo haberte advertido que ni se te ocurra... Entiéndelo bien... — Con el dedo índice, apuntaba la sien de ésta. Becca, comenzaba a echar chispas por los ojos por la manera amenazante en la que Rachel se estaba dirigiendo a ella —...Ni se te ocurra acercarte a ella. ¿Captaste? — La rubia forzó una ladeada sonrisa y quitándose la mano de Rachel de enfrente, se levantó.

Caminaba en círculos alrededor de la morena quien volvió a su posición inicial, mientras disfrutaba de arriba a abajo del cuerpo de Rach con la mirada.

— También creo haberte dicho, que tú adorada esposita podría enterarse que alguien más le está quitando su lugar — Se detuvo detrás de Rachel — Y tú mundo perfecto, se te vendría al carajo. ¿Verdad?

Hubo una estela de silencio dentro de aquellas cuatro paredes. La reacción de Rachel, la tomó desprevenida en todos los sentidos. La morena la asió del brazo, tal cual lo hizo la última vez en su apartamento, ejerciendo esta vez una fuerza que jamás creyó sentir de aquella mujer que le dedicaba una mirada de desprecio.

— Escúchame bien, Becca Tobin! Hace mucho tiempo dejé de ser el títere de todo el mundo, incluyéndote. He forjado cada espacio de ésta habitación por mis propios medios y lo sabes. Cada Dólar, Euro u otra moneda en mis cuentas personales, las he ahorrado con mi esfuerzo así que.... Escucha claramente lo que voy a decirte.

¿Cazador, cazado?

Parecía ser la actitud que tenía Tobin en sus facciones mientras detallaba el rostro endurecido de la morena que no dejaba de sostenerla con ahínco. Trataba de zafarse pero le resultaba imposible. Creía haber tenido todas las cartas bajo sus mangas con las cuales podía jugar a su favor, pero al parecer Berry estaba jugando todo por el todo y se le estaba escapando de las manos toda posibilidad de volver a tener entre sus redes a la única mujer que había sido capaz de rechazarla por darle el gusto a otra.

— Becca, tus amenazas claramente me tienen sin cuidado. Mi vida, dejó de importarte hace cuatro años atrás cuando dejaste de ser parte de ella. Lo que hagas o no, me tiene sin cuidado.

— Suéltame... Rachel — Dijo entre dientes mientras se encontraba de nuevo con la helada mirada de la morena — Me haces daño.

— ¿Sabes cuál es tu verdadero problema? — Hizo énfasis en su agarre. Becca gimió de dolor — Que eres una mujer totalmente frustrada ante la vida... ¿Por qué no me superas? — Sus alientos casi chocaban... La tensión podía sentirse en las cuatro esquinas.

Amigas Con DerechosTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang