XXXV: EN SHOCK

1.2K 104 31
                                    

07-08 DE JUNIO DEL 2000.

Harry tuvo que pensar como un Auror, dejando de lado toda conmoción que sentía en ese momento.

Con ayuda de Ploppy, el elfo doméstico de los Parkinson, pidió ayuda. En primer lugar pensó en llamar a Ron, más descartó la idea de inmediato. No era buena idea, su amigo no haría las cosas profesionalmente si se trataba de Pansy Parkinson. Así que envió por ayuda al Ministerio de Magia, en especial a Kingsley Shacklebolt y a Arthur Weasley, al menos ellos no los llenarían de preguntas; al menos al instante. Temprano o tarde debía dar explicaciones, y eso le aterraba.

El decirle a otro de lo que se enteró en la madrugada de ese viernes en la cabaña, que para agregar perteneció a su antiguo profesor de pociones, era aceptar la realidad. Y aunque no quería sonar grosero, egoísta o insensible, no sabía cómo manejarlo.

De un día a otro, literalmente, se entera que la que creyó por tantos años una bruja más, que nada tenía que ver con él, ahora resultaba ser su media hermana.

Si tan solo ella e incluso él, no contase con ese pasado tortuoso de su adolescencia, quizá fuera más llevadero. Más a pesar de esto, Harry no podía odiar o sentir algún repudio hacia Pansy. Él había sufrido por tantos años el rechazo de familiares; viviendo con duras palabras y malos tratos, que de solo pensar en llegar hacer lo mismo, le hacía sentir que se convertiría en eso que siempre odió.

— Pansy... —sorprendentemente, decir su nombre no le resultó tan ajeno. Después de todo, ya lo había hecho en el pasado; aunque lo habían hecho olvidarlo. Pansy seguía sollozando con el rostro enterrado en sus manos—. Kingsley y el señor Weasley... Ehmm... Han venido ayudarnos... —Harry tocó las manos de ella, pidiéndole en silencio que las bajara. Ella lo hizo sin negativa—. Debemos ir a San Mungo... Allá te revisaran y verán si tienes algún daño... Y... —calló, tragando grueso al echar la vista al otro lado de la cabaña, dónde yacía el cuerpo de Isabella Parkinson.

—... Y la prepararán para el entierro...

Continuó Pansy por él. Harry asintió, sin saber que más decir.

Shacklebolt y Weasley trajeron consigo un traslador, el cual los dejaría a la entrada de San Mungo. De esa forma podrían llevar consigo a Isabella.

— Muchacho, estamos listos —Kingsley se acercó. Harry asintió pidiéndoles que se adelantarán—. Nos vemos en unos minutos...

El señor Weasley le dedicó un asentimiento a Harry, el cual tomó como una forma de apoyo. El cual necesitaba en ese momento.

— ¿Puedo... Puedo pedirte un favor? —preguntó Pansy, mirando cada reacción de Harry. Luego de él decirle que sí, ella continuó—. No le contemos a nadie de... ya sabes... —exhaló—. Quisiera despedir a mi madre sin ser abarrotada por miles de preguntas.

— De acuerdo.

Pansy tomó la mano de Harry y dándose una última mirada, se aparecieron a la entrada de San Mungo.

Rápidamente un Medimago comenzó a interrogarla con preguntas básicas como: «¿Siente algún dolor?» «¿Qué es lo último que recuerda estar haciendo?» «¿Cuál es su nombre?».

Ella casi tuvo ganas de echarse a reír.

¿Qué sí sentía algún dolor? Sentía el peor de los dolores; su madre murió entre sus brazos y el hombre al que siempre llamó padre, no lo era, además, tenía un medio hermano que era nada más ni nada menos que Harry James Potter.

¿Qué era lo último que recordaba estar haciendo? Qué huída de la que siempre fue su casa junto a su madre y Ploppy... Pero lo último, era el recuerdo de ver cómo la vida se mudaba del cuerpo de la mujer que a pesar de todo, siempre hizo lo imposible por hacerla feliz.

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Where stories live. Discover now