Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú". [TERMINADA]

VIII- EL CALDERO CHORREANTE

3 DE MARZO DEL 2000

Todos se sentían molestos y frustrados. Cada minuto en el que estaban más cerca del día de sus bodas los volvía irritables, en especial a ciertos leones, que no paraban de ocupar sus mentes con tal de no pensar en ello. Harry y Ron trabajaban horas extras en el Departamento de Aurores, y Neville, se la mantenía en su herbolario y prácticamente no salía de ahí; Percy Weasley hacia lo mismo que su hermano menor, y a pesar de las quejas de su madre, hacían caso omiso de ello. George Weasley trabajaba duro en su negocio y no era precisamente por no querer pensar en su boda, simplemente que siendo él solo, tenía que encargarse del desarrollo de los productos que comercializaba, del inventario y demás asuntos con respecto a eso, su hermano mayor, Bill, se ofrecía de vez en cuando para ayudarlo ya que no quería estar en casa con una francesa malhumorada y muy embarazada, solo faltaban tres meses según su Medimago de asistencia.

Ginny entrenaba enérgicamente con la Arpías de Holyhead, se sentía emocionada de que por fin la hallan seleccionado para ser su cazadora de Quidditch; no quería decepcionar a Oliver Wood, quién era el nuevo entrenador del equipo y mucho menos a sus compañeras, que aunque eran cuatro años mayor que ella, le dieron la oportunidad de exhibir su talento en la escoba. Lavender trabajaba como comentarista en el Quisquilloso, un periódico en pleno crecimiento que le daba batalla a El Profeta pues estaba ganando popularidad entre los magos y brujas más jóvenes, los Lovegood era los propietarios. Luna por otro lado trabajaba junto a su padre, y Lavender en el periódico de la familia, sin embargo dejaba tiempo para salir a comer con su prometido, Theo; el castaño no perdía oportunidad para invitarla a almorzar.

Las serpientes estaban iguales. Draco y Blaise viajaban de acá para allá por asuntos de negocios, mientras que las chicas, ocupaban sus mentes en lo que mejor sabían hacer; Pansy se la pasaba día y noche en su cuarto de pociones, haciendo pruebas y ensayos para luego enviarles muestras a Malfoy's y Asociados, la empresa de sus tres mejores amigos; Astoria iba y venía de San Mungo ya que estaba en sus últimos exámenes para convertirse en toda una Medimaga, cosa que era totalmente cansoso, pero a la misma vez vigorizante porque cada vez estaba más cerca de su sueño, mientras que su hermana mayor Daphne, ocupaba su mente en los libros de la biblioteca Malfoy, y por las tardes ayudaba a Pansy con los ensayos de tónicos y pociones.

─ ¡Estoy muerta! ─dijo Ginny lanzándose boca abajo sobre el sillón grande.

Harry y Ron hicieron una mueca de asco, pero solo el pelirrojo tuvo la osadía de hablar.

─ ¡Oh, Ginny! ─se quejó haciendo reír por lo bajo a Harry, quién se tapaba la nariz disimuladamente. La pelirroja giró su rostro hacia él ceñuda─. ¡Hasta te creo! ¡Mujer, apestas igual que el aliento de Norberta mezclado con el de un ogro!

Ginny le lanzó una mirada asesina. Harry por otro lado no pudo aguantar la risa contagiando a Ron.

─ ¡Al menos son mis pies y no mi boca, Ronald Weasley! ─dijo satírica haciendo que Harry parara de reír con los ojos abiertos, vio el rostro rojo de su amigo y volvió a carcajearse, tanto que comenzó a soltar lágrimas y el estómago le dolía.

Ron tan rojo como su cabello probó su aliento con su mano, e hizo una mueca al notar que si apestaba aunque trato de disimularlo. Ginny rió junto al pelinegro.

─ ¡Es que tengo mucho trabajo! ─se defendió─. ¡Mi jefe es un tarado que no me da ni chance de bañarme! ─se cruzó de brazos.

─ Es cierto, no nos da tiempo de hacer nada ─el pelinegro apoyó a su amigo aminorando su risa.
Ginny los miró extrañada.

─ Harry ─este le prestó atención, y Ginny disimuló una risa al ver que si hablaba en serio─, ¿tú no eres el Jefe de Aurores?

Solo bastó con ver la cara de espanto de Ron para darse cuenta que también había hablado en serio. Harry por otro lado sintió la vergüenza recorrerle el rostro y Ginny se burló de los despistados que eran.