XXVI: UNA LLEGADA IMPREVISTA

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12 DE JUNIO DEL 2000.

La situación en el mundo mágico se estaba volviendo complicada, en especial en Londres, dónde cada vez era mayor el número que pedía un cambio en la silla de gobierno.

Indudablemente, Kingsley Shacklebolt se hallaba en el punto más desfavorable de su carrera intachable. Así que tuvo que adiestrarse de lleno en el ámbito de la presión social. En menos de una semana los cambios dentro del círculo cercano al Ministro de la Magia llegaron a oídos de la prensa amarillista, aunque está vez no le dio tanto peso de importancia. Para él, era más relevante estar rodeado de personas en las que tenía plena confianza.

En cierta forma, había logrado reunir a la Orden del Fénix, al menos los pocos integrantes que quedaban. Solo lo miembros de la Orden sabían de su existencia. Cómo siempre se tuvo como principal regla.

Era así como Harry, los Weasley (incluído Percy), y los nuevos agregados como Neville, Luna y la ahora directora del colegio Hogwarts, Minerva McGonagall, mantenían una doble vida. Kingsley Shacklebolt no podía dejar de lado a una de las brujas más brillantes que llegó a conocer, Hermione Granger. Había tenido que viajar de forma anónima, nadie podía enterarse que el Ministro de Magia saldría del país pues por como estaban las cosas se podría prestar para malos entendidos.

A la hora prevista, el traslador desechable estuvo listo para llevarlo a Bulgaria, en dónde esperaba ser bien recibido por los Krum-Granger.

Fue difícil convencer a Hermione de que regresara a Londres. Shacklebolt le prometió un excelente puesto en el Ministerio e incluso costear su estadía.

«Tu aporte en la Orden sería de gran ayuda, Hermione.»

Fueron sus palabras para ella.

Sin embargo, Hermione desertó la idea de regresar a su antiguo hogar. A pesar de no aceptar la jugosa oferta, ella le ofreció su ayuda como un miembro de la Orden del cual nadie, salvo él y Luna sabrían.

Uno de los intereses de Hermione era conocer de primera mano toda información sobre lo que ocurría en Londres, además de estar de cierta forma unida a la que fue o, quizá, sigue siendo su familia afectiva.

Viktor también prestó su ayuda, pero con la misma condición de anonimato de su esposa.

Shacklebolt se marchó de Bulgaria no del todo satisfecho. Aunque al menos no perdió del todo su tiempo con el viaje.

Era así como iban las cosas para todos, en lo de ha política se trataba. Trabajos al doble y tiempo reducido.

Para las parejas de los miembros que no conocían de la existencia de la Orden, era un poco exasperante, por así decirlo.

Un día antes, Daphne esperó a George hasta tarde, y para cuando esté llegó, solo la miró con ternura llevándola en brazos a su habitación, la cual desde hace una semana no dejaron de compartir.

Theo, Lavender y Astoria hicieron lo mismo. Theo fue despertado por los cálidos labios de su esposa, y aunque por quinta vez le pidió explicaciones, perdió el hilo de ellas cuando los besos y caricias de Luna se intensificaron. Lavender dormitaba en el sofá para cuando Neville llegó a la Mansión Longbottom; él le sonrió y como jamás lo había hecho, se acurrucó a a su espalda, rodeándola con su brazo y rozándole el cuello con su respiración.

En cambio Astoria estaba completamente despierta al momento de la llegada de Harry, atrapada en un libro muggle que Luna le prestó. Harry la observó desde el umbral del cuarto de dibujo, admirando sus facciones y reacciones al leer. Se detestaba por comparar a Hermione con Astoria; ambas de cabello tupido y castaño, recias pero sensibles a la vez, con un don para la empatía como ninguna otra bruja, misma estatura y amantes de la sabiduría; sus diferencias llegaban a verse en el laseo cabello de Astoria y sus ojos aceituna.

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Where stories live. Discover now