XXX: CUSTODIA

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28 DE JULIO DEL 2000.

La mañana del sábado, todos se encontraban reunidos para despedir la pronta partida física de Andrómeda Tonks, de soltera Black.

Su hermana menor, Narcissa Malfoy, lloraba desconsolada sobre la tumba de mármol en dónde yacía el cuerpo de la última hermana que le quedaba, pues Bellatrix había fallecido a manos de Molly Weasley, en defensa propia, el día de la Batalla de Hogwarts. Hace ya dos años.

Su único hijo, Draco Malfoy, se mantenía a su lado. Sujetándola firmemente para que no se derrumbara completamente en el suelo húmedo. Pues como si el cielo también se lamentase, dejó ir una suave llovizna que bañó cada centímetro del cementerio, incluído a los presentes dolidos.

Harry se encontraba detrás de los dos rubios. Haciéndose el fuerte para no llorar delante de Teddy, quién lloraba aferrado a su cuello pidiendo ver a su abuela. Teddy era muy pequeño para entender lo que sucedía alrededor, pero de igual forma era como si dentro de su pequeño cuerpecito sintiese que algo se le había sido arrebatado para siempre. ¿Cómo Harry le explicaría que Meda, como el niño la llamaba, jamás volvería con él?

A Harry le partía el corazón verlo llorar, sea cuál fuese el motivo. Si Teddy lloraba, no faltaba ningún otro motivo para que Harry no lo tomaste entre sus brazos y lo consolara como jamás hubo alguien que lo hiciese con él.

Astoria estaba a su lado, pero debido a la baja temperatura del ambiente, tuvo que irse a casa para resguardar a Emma de alguna enfermedad. Ya Emma contaba con un mes y medio de nacida, pero aún así tanto ella como Harry no querían tomar riesgos. Así que no hubo ninguna objeción cuando Astoria le susurró que debía irse.

En el lugar que antes ocupó Astoria al lado de Harry, ahora estaba Ginny. Ella tenía los ojos rojos y húmedos, le dolía la partida de Andrómeda. Ambas habían compartido tardes de pláticas amenas en casa de los Tonks, y fue así como se creó una estrecha relación. Para Ginny, Adrómeda se había convertido en una madre más y para Andrómeda, Ginny era como su hija, sin excluir de sus recuerdos a su amada hija Nymphadora, la madre fallecida de Teddy.

— Deberías llevarte a Teddy... —le dijo a Harry, pasando su mano por la cabeza de Teddy. El pequeño hipó, cerrando los ojos por el cansancio de tanto llorar—. O si prefieres, puedo llevármelo a la Mansión Malfoy...

Harry respiró hondo y con la mirada fija en los Malfoy's negó.

— Teddy irá conmigo... —dijo suavemente—. Aunque esté contigo, no creo que se sienta bien estando en un lugar desconocido para él..., con personas desconocidas.

Ahora que Andrómeda no estaba, la única familia sanguínea que le quedaba a Teddy era su tía abuela Narcissa Malfoy y su tío Draco Malfoy. No obstante, a Harry no le parecía que Teddy estuviese cerca de ellos ya que ninguno de los dos había logrado establecer una cercanía con el pequeño ni con Andrómeda. Tal vez por eso era que Harry veía el claro arrepentimiento en los ojos grises de la matriarcas Malfoy.

Ginny le dio la razón. Ella entendía el por qué Harry tomó esa decisión. Sí, era cierto que su suegra y esposo eran mediamente diferentes en comparación a años anteriores, pero era inevitable que las personas a su alrededor sintiesen un poco de recelo hacia la familia que en su momento llegaron a ser fieles creyentes al Señor Tenebroso. Aún faltaba camino para que se les otorgara el voto de confianza definitivo.

Para cuándo Harry llegó al número 12 de Grimmauld Place, Teddy estaba completamente dormido. Pasó directamente a su habitación y depositó al pequeño metamórfago con cuidado sobre la cama. Se quedó un rato más con él. Peinando con sus dedos el abundante cabello de Teddy.

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Where stories live. Discover now