XLI: ANTE EL WIZENGAMOT

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2-3 DE NOVIEMBRE DEL 2000.

Harry y George se aparecieron en la habitación de Pansy.

El aspecto del lugar hizo encender más la furia de Harry. Sólo bastó mirar la cama desordenada, almohadas el el suelo y la sábana corrida; eso, y el pantalón de pijama que Pansy llevaba esa mañana antes de ellos marcharse.

Amarrado por una cuerda, Ron se hallaba recostado a la pared.

— ¡Enervate! —conjuró Harry con los dientes apretados. El agarre a su varita era tan fuerte que parecía que iba a ceder en cualquier momento.

George se mantuvo firme, a una distancia prudente por si tenía que interferir. Después de todo, Ron llevaba su sangre. Aunque eso no aseguraba que no dejase que Harry le diera una buena paliza, o incluso él. Cómo les dijo a las chicas, tenía una hermana y tal vez el bebé que esperaba su esposa podría llegar a ser niña; ésto y por muchas razones, no perdonaría tan fácil la aberración de su hermano menor.

El cuerpo del pelirrojo se removió, intentando soltarse al verse amarrado. Desorientado, miró a cada lado hasta que sus ojos se enfocaron en dos pares de ojos; verde y azul.

— ¿Harry? ¿George? —ellos lo miraron iracundos; uno más que otro—. ¿Por qué estoy amarrado? ¿Dónde estoy?

Harry caminó hacia él, y mirándolo desafiante afincó la punta de la varita en su cuello. Los ojos del pelirrojo se abrieron desorbitados; mezcla de desconcierto y nerviosismo.

— H-Harry... —tartamudeó, sonriendo nervioso. Harry hundió un poco más la varita, lastimandolo—. ¿Qué... Qué demonios...? Harry, soy yo, Ron... —recordó, llegando a pensar que había sido confundido por un conjuro.

— Lo sé... Y ¡eso es lo que me hierve la sangre, que seas tú! —rugió Harry. Ron parpadeó confundido—. ¡Maldita sea, Ron! ¿Por qué? Dime, ¿por qué?

Ron lo miró, luego a su hermano. Buscando en ellos algún indicio de broma o un imperio. Pero solo halló decepción mezclada con enojo.

— ¿«Por qué», qué? —dijo Ron a Harry—. Harry no entiendo nada... Me duele mucho la cabeza. Ayúdame a soltar...

La voz de Ron se escuchó estrangulada. Harry le había enviado un hechizo.

— ¡¿Ahora te harás el desentendido?! —ésta vez fue George quién alzó la voz. La confusión de Ron aumentó—. ¡Yo mismo presencié lo que...! —calló, terminando la oración con un gruñido.

— ¿No sé de qué me están acusando? —Ron pasó la mirada suplicante por ambos—. ¡No entiendo nada! ¡Suéltenme de una vez!

Harry no soportó más y se lanzó por él, estrellando su puño en la mandíbula de Ron una y otra vez hasta que vio un hilo de sangre brotándole de la boca.

—  ¿Qué... qué demonios te pasa, Harry? —Ron escupió sangre en la alfombra.

— ¡Tú...! —lo señaló el pelinegro, con tanta ira aún contenida—. ¡Tú te atreviste a dañar a Pansy! —volvió a maldecir.

Jamás de los jamases Ron hubiese imaginado que su mejor amigo le diría tal acusación.

¿Qué él había dañado a Pansy? Eso debía ser una mentira.

— ¿Qué? —dijo Ron—. Yo no he tocado a esa...

El puño de Harry de nuevo estuvo golpeándole en la cara.

— ¡Ni se te ocurra ofenderla, bastardo infeliz! —el enojo de Harry mantenía un ápice de dolor. Ese es su mejor amigo, como su hermano; estaban juntos desde su llegada a Hogwarts, crecieron, lucharon y sufrieron juntos─. ¡Abusaste de Pansy! ¡Por Merlín, jamás te creí capaz de algo como eso!

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Where stories live. Discover now