VI- SELLANDO EL COMPROMISO 3/3

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24 DE FEBRERO DEL 2000

Blaise se encontraba en su despacho firmando algunos papeles del trabajo cuando su madre, la señora Zabini entró despotricando con la voz muy alta, cosa que al moreno no le afectó pues estaba acostumbrado a sus reacciones histéricas.

Dio un suspiro de fastidio y apartando la vista de los papeles le prestó la atención a su madre.

─ Dime, ¿qué te molesta tanto madre para que ingreses inoportunamente a mi despacho?

La señora Zabini gruñó ceñuda.

─ ¡No es posible que mi propio hijo no me informara sobre su casamiento! ─bramó la mujer. Blaise rodó los ojos cansado de los dramas de su madre, no entendía el por qué su padre la había soportado tanto, incluso hasta la hora de su fallecimiento─. ¡La bruja de Atenea Greengrass se mofó de mi desconcierto ante las demás; Narcissa como siempre no dijo nada al respecto! ─el moreno mientras oía las quejas de la morena mayor, se sirvió un vaso de whisky de fuego─. ¡Es que no es posible que me hayas hecho pasar por esta humillación, Blaise Zabini! Al menos dame el consuelo de que el Ministerio te asignó una sangre pura... ¡Porque de no ser así...!

"...De no ser así" ¿Qué, madre? ─la miró con un resentimiento profundo que la mujer sintió como un escalofrío le recorría todo su cuerpo esbelto. Blaise añadió─: ¿Me desheredaras? Porque no sé si lo recuerdas, y si no es así, permíteme traértelo a memoria: «Todos mis vienes pasaran a la potestad absoluta de mi único hijo, Blaise André Zabini.» ─recitó el muchacho con un tono diplomático y la misma vez mordaz. La señora Zabini se tensó molesta al oír aquello, su hijo no sería capaz de dejarla en la calle─. Así que, si me dejas, necesito terminar unos asuntos muy importantes. Puedes marcharte.

Furiosa la señora Zabini se marchó dando un fuerte portazo. Blaise suspiró aliviado mientras regresaba a su labor.

Al día siguiente por la tarde, Blaise Zabini iba de camino a encontrarse con Hannah Abbott en Hogsmeade, pues la rubia se había sentido escéptica de pisar la Mansión Zabini, y la verdad es que el moreno no la juzgaba, inclusive él a veces ni siquiera quería regresar allí.

En cuanto llegó caminó hasta Las Tres Escobas, donde había quedado de verse con Hannah, y al entrar la divisó en una de las mesas al final justo al lado de las ventanas que daban a la calle. Ella estaba de espalda hacia la entrada así que no lo vio al ingresar. El moreno posó su mano en el hombro de Hannah y esta dio un respingo en su asiento, de inmediato Blaise se disculpó diciéndole que no pensaba que se iba a asustar.

El rostro de Hannah dejaba ver la incomodidad que sentía de solo tenerlo delante de ella. Blaise se sintió un poco extraño por eso, por lo general producía un efecto contrario a ese y bastante placentero en otras mujeres; pero Hannah Abbott era muy diferente a todas ellas.

El moreno ordenó una cerveza de mantequilla y una porción de tarta de melaza, la rubia solo pidió té.

─ Cuéntame Hannah, ¿en que trabajas? ─quiso saber Blaise dedicándole una mirada pícara a la rubia. Hannah lo miró indiferente.

─ Abbott por favor..., y trabajo como mesera en un restaurante muggle.

El moreno juntó las cejas, más sin perder su confianza continuó con la conversación.

─ ¡Ah! No te gusta tu nombre, a mí tampoco me gustaba el mío, pero que le vamos hacer; aunque déjame decirte que tienes un nombre divino ─le guiñó el ojo provocativo, acto que disgustó más a Hannah.

Hannah dio un sorbo a su té haciendo un esfuerzo gigantesco para no largarse de ahí.

─ Me gusta mi nombre ─dijo con una mirada fría─, lo que no me gusta es que tú, un hijo de mortífagos y fieles seguidores del Señor Tenebroso, lo digas... ─Blaise se puso rígido, la ex Hufflepuff le había tocado un tema muy sensible para él.

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Where stories live. Discover now