XXI: ¡¿UNA WEASLEY RUBIA!?

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2 DE MAYO DEL 2000

La calma de la noche fue rota por un grito. De inmediato, los patriarcas Weasley despertaron sobresaltados y, con sus varitas en mano, descendieron por las escaleras hasta llega a la planta principal.

─ ¡Mamá! ─de nuevo ese grito que le ponía los pelos de puntas a Arthur y a Molly.

Los Weasley buscaron el origen y al girarse se encontraron con la cabeza en llamas verdes de su hijo mayor Bill, quién se veía entre una mezcla de espanto y felicidad, cosa que puso en alerta a sus padres; más de la que ya lo estaban.

─ ¿Bill, qué sucede? ─dijo Molly Weasley, acercándose a la chimenea con pasos rápidos. El señor Arthur la siguió a un paso por detrás.

La cabeza de Bill desapareció por un momento, al parecer hablaba con otra persona y ésta le respondía entre gritos y jadeos adoloridos. De regreso a la vista de sus padres dijo.

─ ¡El bebé ya viene! ─exclamó. Su madre se llevó las manos a la boca ahogando un grito de jubilo─. Vamos saliendo a San Mungo, como no podemos aparecernos, llevaré a Fleur por transporte Muggle... ¡Los espero allá! ─sus padres asintieron─. Ya le envié una lechuza a Charlie y a los señores Delacour, ustedes por favor avísenle al resto de la familia. Ya no me da tiempo de escribirles a todos.

Luego de que la cabeza de Bill desapareciera por completo de la chimenea, los señores Weasley se enfundaron en sus abrigos. No tardaron mucho en enviar el comunicado; esto no solo incluía a Percy, a George, a Ron o a Ginny y sus parejas, sino también a los Potter, Nott y Longbottom. ¡Ya estaba por nacer el nuevo integrante Weasley!

─ ¿Qué traes puesto, Nott? ─preguntó Draco con una ceja alzada y una sonrisa burlona dirijida a su castaño amigo. 

Theo frunció el ceño y en forma despreocupada respondió.

─ Luna les llama: Espectrogafas.

─ ¿Espectro-qué-cosa? 

Con tono de fastidio, Theo volvió a decir─: Es-pecto-gafas ─Draco curvó los labios en una sonrisa─. Quería ver los Torposolplos... ─añadió para hacerse entender mejor. Esta vez el rubio soltó una carcajada que llenó el pasillo y todos los ojos estuvieron sobre ellos dos de inmediato. Bastó solo un golpe de Theo en su cabeza para que se callara. Ginny por otro lado rodó los ojos, preguntándose por quinta vez el por qué aceptó que Draco la acompañara.

─ Deja de caminar de un lado a otro, Bill ─dijo Percy─. Le harás un hoyo al piso. Cálmate, todo irá bien. 

─ Sí, cariño, tu hermano tiene razón ─añadió la señora Weasley con afecto. Sin embargo, por dentro estaba incluso peor que su hijo mayor.

Luego de unos segundos, Charlie Weasley y Gabrielle Delacour llegaron, y justo detrás de ellos los señores Delacour.

Decir que Charlie iba hecho un manojo de nervios era poco. Hacia meses, casi un año entero, que no veía a su familia; y que decir de las cartas sin responder. Su madre lo arropó entre sus brazos bastante fuerte, quitándole el aliento; pero ni de broma iba a mencionar eso. Estaba dispuesto a que su madre le cortase el cabello con tal de que no le gritara delante de todo ese gentío o, nunca.

─ ¡Bill, hijo! ¿qué han dicho? ─preguntó Monsiur Delacour con aparente serenidad; algo que no demostraba su mujer e hija menor.

Bill saludó a cada integrante de los Delacour y deteniéndose frente a su suegro, dijo:

─ La ingresaron hace diez minutos. Según los Medimagos, la están preparando para el parto...

No pasó un segundo más cuando un joven Medimago se les acercó para informarle a Bill que ya debía entrar a la sala de parto. Y ahí estaba ella, subida a una camilla con la respiración agitada, rostro sudoroso y rojizo; y sus oceánicos ojos estaban inyectados de dolor, miedo y un leve odio aparente dirigido a Bill.

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora