XVII- TREGUA ROTA, ILUSIÓN ROTA

1.3K 95 10
                                    

13-14 DE ABRIL DEL 2000.

Harry llegó a San Mungo echo una furia, no sabía el por qué actuaba de esa manera o el por qué sentía la sangre hervir cuando vio a Jeffrey MgCauly hablando tan cerca de Astoria, pero ahí estaba, molesto y a punto de golpearlo al estilo muggle.

Astoria lo miró acercarse a su mesa, la cual compartía con el Medimago MgCauly, y dos compañeros; una bruja de cabello dorado y un mago de apariencia hosca. Prefirió ignorarlo y mantener lo mejor posible su sonrisa dirigida a Jeffrey, quien cada vez estaba más cerca de su rostro, la excusa de él era el bullicio a su alrededor y la música.

- Buenas noches -anunció su llegada Harry. Jeffrey lo miró con la mandíbula tensa-. Lamento la interrupción, y siento llegar en estas fachas -señaló su traje de Auror, la bruja de cabello dorado alzó una ceja y lo miró coqueta, Harry siguió hablando sin prestarle atención-, pero es que mi esposa no dejó que me cambiara -Astoria forzó una sonrisa y bebió un poco de su Hidromiel, la garganta le ardió-. ¿Podría hablar un momento contigo, cariño? -dijo entre dientes. Astoria le mantuvo su mirada, y al notar que su esposo no cedería tan fácil, decidió disculparse con MgCauly e ir con Harry fuera de la vista y oídos de los presentes.

- ¿De qué quieres hablarme, cariño? -su voz sonaba dura. Harry la miró colorado, y sus ojos esmeraldas brillaron con molestia, esto casi le causó la risa a Astoria, más se contuvo, no era el mejor momento para hacer que su esposo estallara.

- Nos vamos, ahora -dijo Harry y sin esperar respuesta la tomó de la mano jalándola hacia la salida. Astoria se negó a seguir caminando-. ¿Es qué eres sorda, Greengrass? Te dije que no vamos.

Astoria se soltó de su agarre enojada.

- ¡No! -dijo con firmeza-. Dijiste que estabas cansado, pues bien, anda a descansar -continuó-. Yo por mi parte seguiré disfrutando de la noche.

En cuanto se giró, Harry la tomó de la cintura y no fue tan difícil para él cargarla sobre su hombro; Harry era un poco más alto que Astoria, y estaba en forma por el arduo entrenamiento como Auror. La castaña pataleó y con sus manos echas puños comenzó a golpearle la espalda y para cuando quiso gritar Harry había sido más rápido lanzándole un hechizo silenciador.

Cruzaron el pasillo, y en el momento que estuvo afuera de San Mungo se desapareció, apareciéndose un segundo después en los escalones de la entrada del Número 12 de Grimmauld Place. Aun con Astoria a cuestas, subió los escalones de dos en dos hasta entrar en la habitación de ella.

- ¡Eres una bestia, Potter! -le gritó Astoria lanzándole todo lo que tenía a la mano; almohadas, un cofre con joyas, y sus zapatos de tacón plateados, a todos ellos Harry esquivó magistralmente-. ¡¿Por qué fuiste por mí si ni siquiera querías estar conmigo, si ni siquiera soportas estar en el mismo lugar que yo?! ¡Estoy harta de esto, de ti, de todos! ¡Harta de hacer lo que los demás quieran que haga sin darme alguna elección! -su voz se quebró-. ¡Yo no elegí casarme contigo, Potter!

Harry sintió como su enojo se disipó de un soplo, ¿por qué había actuado así? Astoria tenía mucha verdad en sus palabras.

- Greengrass, yo... -se sentía avergonzado, ¿pero cómo disculparse con ella?

Astoria sacó su varita y le apuntó, él no movió ningún musculo.

- Vete -masculló Astoria, sus ojos verdes como el bosque refulgieron amenazantes-. ¡Sal de aquí, Potter!

Harry pasó una mano por su cabello y salió de la habitación. Se mantuvo un momento fuera, con la frente apoyada sobre la fría madera. En espera de escuchar sollozos, gritos o algo que expresara como Astoria se sentía, sin embargo oyó un murmullo y nada más. Derrotado, por un enemigo que iba más allá de lo físico, entró a su habitación.

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Where stories live. Discover now