LI: IR-REAL

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22-23 DE MAYO DEL 2001.

Casi dos meses transcurrieron en la vida de los Potter. Semanas, días y horas en las que la cercanía dependía de la solución a una absurda inseguridad. Harry intentaba de todo para que Astoria volviera a besarlo, abrazarlo, aunque con una simple sonrisa se conformaba, pero nada funcionaba y cada vez se sentía un imbécil. La felicidad se le estaba escurriendo de las manos y él lo podía sentir en sus huesos.

Cada jueves (éste era su día libre) se plantaba en la entrada del hospital San Mungo, y esperaba hasta que su esposa saliera de su turno de trabajo. Ése precisamente era uno de esos tantos jueves de espera. Mientras estaba allí, ideo una nueva excusa para darle a Astoria. Sí, una excusa del por qué se encontraba allí, porque no sabía como decirle con palabras que anhelaba su perdón. Impaciente y ansioso, le echó por enésima vez un vistazo a las manillas del reloj de muñeca que llevaba en su mano izquierda, ya sólo faltaba dos minutos para verla.

Y así fue, Astoria iba saliendo de San Mungo con una sonrisa radiante que iluminaba su rostro de una forma encantadora, contagiándolo también a él. Desafortunadamente la sonrisa se le vino al suelo al ver el causante de esa sonrisa y le dolió tanto que no fuera por él.

─ Harry..., hola...  ─dijo ella tímidamente, sorprendida de volverlo a ver fuera de su trabajo. Ya era la tercera vez que iba, pero de igual forma no pudo evitar asombrarse.

Harry miró el brazo de Astoria sujetándose al de Jeffrey MgCauly y la sangre le hervió hasta que sus ojos se oscurecieron como pólvora a punto de explotar. Quería borrarle la sonrisa al ojigris de un puñetazo.

─ Es bueno verle de nuevo, Señor Potter ─dijo el Medimago, usando un tono cortés, más a Harry le pareció burlón e irritable─. Justo le estaba diciendo a Astoria sobre la gran mejora que ha tenido en estas últimas semanas. Los nuevos exámenes salieron muy bien, ¿no es así Tory?

— Sí. —fue lo único que respondió, sin dejar de ver fijamente a Harry, el cual tenía la mandíbula apretada. Tenía tantas ganas de lanzarse a su regazo y plantarle de una sola vez los miles de besos cohibidos en todo ese tiempo, más como siempre hay un pero, ella lo repensó.

— Bien... —Jeffrey se dirigió a la castaña con una sonrisa—. Tory nos vemos mañana... Que pases linda noche... —se despidió con un beso en la mejilla que duró más de lo que Harry hubiera querido. Astoria se ruborizó, sonriendo incómoda por la situación.

Jeffrey se desapareció luego de un guiño, dejando solo a Harry y Astoria en un silencio incómodo.

Él la miró, tal vez intentando leer sus pensamientos o solo buscando la forma de calmar la diatriba de sandeces que su mente desarrollaba con cada segundo que pasaba, de una a otra, le dió el tiempo suficiente a su esposa para que hablara primero.

— ¿Pasaste por Teddy a la Mansión Malfoy? —preguntó, intentando que su ritmo cardíaco disminuyera la velocidad. Tener a Harry tan cerca le hacía sentir un tirón en el estómago bastante agradable, más no quería verse tan evidente luego de todo lo que ha ido pasando en su relación.

Harry dejó ir un suspiro molesto, y guardando sus manos en los bolsillos de la chaqueta, asintió.

— Sí. Está ahorita con Pansy, Emma y Kreacher —sonó más duro de lo que pretendía.

— Bien...

Cuando llegaron a Grimmauld Place, se dividieron. Harry se fue a encerrar al cuarto de dibujo a pensar o mejor dicho, a calmar su enojo y Astoria se fue a la cocina en dónde Kreacher preparaba estofado de carne.

A varios cientos de kilómetros, Viktor y Hermione pasaban una noche romántica en un restaurante muggle planeada por él mismo.

— Realmente me sorprendiste, Viktor —dijo Hermione, sonriéndole encantada con lo bonito y elegante del lugar. No recordaba muy bien la última vez que pisó un lugar como ése, y si se lo proponía en hacerlo, de seguro encontraría la imagen de sus padres en ellos—. ¡Me encanta la comida italiana! —continuó, mirando la cartilla del menú en dónde se apreciaba la lista de diferentes platillos exquisitos.

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Where stories live. Discover now