Bonhomía → Michael Myers x Jake Park ©

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Tantas personas en el campamento y justo, la mala suerte cayó en Jake Park al entrelazar un vínculo con el asesino más temido del reino de la Entidad.

Kate Denson apoyó la palma de su mano en la frente de Jake Park, el cual se hallaba con la cabeza recostada entre las piernas de la joven pelinaranja. Al menos, un poco de lucidez continuaba viviendo en el cuerpo del joven Jake pero poco a poco, el conocimiento se iba distorsionando.

—Pronto se te pasará —Prometió Kate, mientras bajaba la máscara facial de Jake hasta el mentón y le corrió algunos mechones azabaches del rostro—. No me imagino por lo que haz tenido que pasar, se te ve muy cansado.

Y era lo más obvio.

Jake suspiró, finalmente levantando los párpados, viendo desde abajo a la mujer, la cual lo estaba mirando y se sobresaltó al notar la mirada de Park.

—¿Se nota mucho que lo estoy? —. Preguntó, tocándose la frente.

Kate Denson asintió con una leve ladina sonrisa en sus labios. Luego, suspiró, como si hubiera algo que le estuviera estresando en ese preciso momento.

—La marca no se te fue —. Dijo Kate, viéndolo directamente a los ojos.

—¿Y eso que quiere decir? —. Preguntó Jake, ya poniéndose un tanto nervioso por la actitud de la mujer, no tenía ni la más mínima idea de lo que quería decir.

—Tú mismo lo sabes, lo habrás visto en algún lado —Respondió Kate, y añadió—. Según lo que sé... El lazo con la obsesión se rompe cuando esta escapa pero hay ocasiones en donde, el asesino no quiere eso y la Entidad le concede una oportunidad más para cazar.

Jake Park sintió que en ese instante se iba a desmayar. ¿Otra oportunidad más para asesinarlo? ¿Qué clase de trato era ese?
Además de estar confundido, estaba asustado y por eso mismo, se levantó rápido de las piernas de Kate y la miró con los ojos bien abiertos.

—Debes estar jodiendome, Kate —Esta negó con la cabeza, dando a entender que para nada era un chiste—. Lo que faltaba. Sé que ahora mismo él quiere matarme y no creo que lo de las garras del Ente en mi vientre hayan comenzado a brillar de la nada, sea tan solo una maldita coincidencia.

Jake no quería sonar brusco en sus palabras pero realmente, estaba asustado.

—Hey, tranquilizate —Exclamó Kate, agarrando de los hombros a Jake—. Te entiendo, me sucedió lo mismo con uno de los integrantes de la Legión pero no pasamos al otro nivel de volver a encontrarnos. De alguna manera, no creo que realmente tú y Michael Myers continúen entrelazados.

Jake bufó, de alguna manera sabía que continuaban unidos, sino de ser así como dice Kate Denson, ya no tendría aquella marca en la zona del abdomen.

—Es algo que no se entiende, pero, Kate... Te lo juro por mi existencia y por la de todos del campamento —Hizo una cruz en sus labios—. El Ente inmovilizó a Michael y mágicamente, todas mis heridas se curaron automáticamente, al principio no me di cuenta de ello pero después, al estar un poco más consciente, me di cuenta.

En ese preciso momento, Laurie Strode y Dwight Fairfield se acercaron a ambos jóvenes, también sorprendidos porque llegaron a oír lo último.

—Lo siento llegar así, pero hola —Dwight alzó la mano derecha y de inmediato la bajó—. Jake, eso lo noté, aunque estuvieras todo cubierto de sangre, era bastante perceptible el hecho de que tus heridas ya no estaban y en cierta manera, creí estar loco al pensar en eso.

—Suena ilógico pero le creo, el Ente puede hacer de todo pero... ¿Por qué dejó escapar a Jake? —. Opinó Laurie, de brazos cruzados mientras proseguía a sentarse en el césped junto a Kate.