XIX

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Como si estuviera programado, unas voces se oyeron cerca de en donde ellos se hallaban. Jake Park se apartó del asesino y pensó en cerrar las puertas que estuviesen abiertas pero recordó que no, que no habían y aquello era realmente un riesgo para ambos.

Michael Myers entendió lo que estaba sucediendo y de inmediato se colocó la máscara para posteriormente agarrar su cuchillo, poniéndose en posición de defensa mientras que se acercaba poco a poco al marco de la puerta y Jake, le siguió por detrás.

Aunque antes, se subió la máscara facial por encima del puente de su nariz y se colocó los lentes, regresando a su característica forma normal de vestuario, regresando a ver perfectamente aunque sus lentes no tenían casi nada de aumento.

—Odio Silent Hill con toda mi alma —Exclamó una voz femenina—. Solo espero que el asesino no sea Bubba o... Algún integrante de la Legión, realmente no estoy preparada para persecusiones tan intensas, de hecho quiero dormir un poco más...

—¿Élodie? —Reconoció Jake en un susurro, haciendo que Michael lo mire y haga una señal de silencio con su dedo índice, el cual apoyó en los labios de su máscara—. Lo siento.

—Tranquila, todo ha estado demasiado silencioso, creo que debe ser Ghostface o... Quizás Michael Myers, sí es ese, considero el suicidio como una mejor opción antes de tenerlo atrás mío con el único deseo de asesinarme —Le contestó otra voz la cual parecía ser masculina, algo que Jake reconoció como Felix Ritcher, aquél joven alemán y adinerado—.  Ahora estamos solo tú y yo, faltan los demás, creo que venían Dwight y... No lo sé el otro, antes de que lo dijeran me dormí.

—Yo también me dormí, asi qué tampoco llegué a oírlo —Dijo la mujer mientras que se agachaba para ponerse a reparar junto al hombre—. Ahora vamos a ponernos a reparar así nos escapamos y dormimos todo lo que queramos cuando lleguemos al campamento, sí es que sobrevivimos.

—Tomalo por seguro de que sí.

Jake no supo qué hacer en ese momento, aunque él ya no tuviera la capacidad de estar allí como otro superviviente, sabía que era muy probable de que Michael sí con su función de sacrificar.

Y eso lo aterró, ver como Myers parecía estar convencido de que era su turno ser el verdugo de Élodie, Felix, Dwight y el último que faltase arrebatarle la vida por quinta vez o tal vez, definitivamente.

—Tú seguramente eres el que debe castigarlos... —Comenzó a decir Jake con un tono de dolor en su voz. Por más que quisiera al homicida, se sentía inmovilizado por la agonía que le provocaba pensar que Michael era el que debía hacer sufrir a sus amigos ante sus ojos y que él, no podría hacer nada para ayudar—. ¿No?

Sin saber lo que estaba pasando, las garras del Ente que Jake tenía tatuadas en su vientre comenzaron a brillar, haciéndose algo visibles a través del delantal de este.
De repente, los tonos negros en su piel volvieron, era como si él, estuviera desconociendo por completo al asesino.

Michael se perturbó por lo que estaba viendo pero asintió con la cabeza, sin darle muchas vueltas al asunto, este pensaba que no sería tan importante lo que le estaba sucediendo a Jake, al fin al cabo, para él eran algunos efectos secundarios por ser el objeto de obsesión.

—Bueno, haz lo que tengas que hacer —Dijo Jake, sin creer lo que estaba pasando, sabía que Michael Myers era un asesino frío sin importar lo que había acontecido hace un par de minutos pero el hecho de continuar torturando lo había dejado sorprendido—. Sabes lo que tienes que hacer. Tienes dos opciones en tus manos, sacrificarlos o dejarlos ir.

El asesino lo miró por unos segundos y luego, sin decirle nada, ni siquiera sin hacerle alguna seña, salió de la clase, dirigiéndose hacia el motor en donde estaban reparando Élodie y Felix.

Bonhomía → Michael Myers x Jake Park ©Where stories live. Discover now