XXXV

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5 días.

Sangre salpicada en las viejas paredes hechas de madera, en el suelo también, junto a un par de órganos que sobresalían del estómago de la joven Kate Denson.

Los presentes de la escena observaban el cadáver, con una expresión de horror en sus pálidos rostros.

Julie estaba a horcajadas sobre la asesinada, por última vez le apuñaló en la yugular y la sangre salió disparada, manchando parte de la máscara de la mujer y también, de su chaqueta.

La integrante del grupo de asesinos; La Legión. Se limpió el cuchillo con un pañuelo y ojeó su hombro, este tenía una gran mancha de sangre y con disgusto, se lo limpió.

—Estoy cubierta de esta sangre sucia —Articuló secamente. Julie miró a Evan y sonrió, se alejó del cuerpo de la fallecida Kate y por un momento, su mirada se conectó con la de los sobrevivientes restantes—. ¿Quién quiere ser el siguiente?

Laurie Strode estaba tan horrorizada que solo pudo emitir un débil quejido, los labios le temblaban y las lágrimas se asomaron en sus ojos celestes. Felix Ritcher estaba igual que ella, solo que estaba tan asustado y petrificado que no podía transmitir sus emociones al físico, su semblante demostraba seriedad e inseguridad pero en su interior, el dolor se alojó en su corazón y el miedo enloqueció sus latidos.
Quentin Smith no era más que otra víctima de la impresión, no logró dejar sus manos quietas ni tampoco una buena postura.

Cuando Julie enterró el cuchillo en el cuello de Kate y la sangre despidió de ella a toda velocidad, esta salpicó en el rostro de Quentin. El adolescente cayó de rodillas al suelo y su respiración entrecortada solo indicó que su ansiedad se descontroló.

—Está bien, me parece una buena idea que yo pueda escoger —Julie se sentó en el suelo, a un lado del cadáver de Denson. De reojo la miró. Incluso después de muerta, era linda— Hey, tú —Llamó a Quentin, pero este no respondió a su llamado al estar profundamente atónito, absorto de su alrededor— El chico del collar —Sonrió con maldad. Quentin alzó la mirada del suelo y miró a la asesina, sinceramente, era una mirada perdida y sin vida—. Acércate.

—¿Piensas en matarlo? —Le preguntó burlón Evan MacMillan— Sería una lástima para la rubia, ¿No? —Mencionó refiriéndose claramente a Laurie. La mujer le miró y frunció el ceño, aún con las lágrimas en sus mejillas— Termina con esto rápido, Julie. Tengo asuntos los cuales debo resolver —Explicó mientras que miraba a Dwight, tal vez con dulzura—. Ahora.

—A tus órdenes —Con su mano hizo un ademán del saludo militar y luego la bajó. Desinteresada, volvió a llamar a Quentin— ¿No piensas venir, chico del collar? —Preguntó sin rodeos—. Dije que vengas.

Quentin se elevó del suelo lentamente, pasó su mano por el rostro, limpiándose la sangre de su amiga asesinada y se miró la mano, solo había sangre, sangre bordó, volviéndose cada vez más seca al pasar los segundos, con rabia, apretó su mano, volviendola un puño.

De cualquier manera, no le quedaba otra que ir hacia Julie por más que aquello le cueste la vida. Quentin, decidido, comenzó a avanzar, dirigiéndose hacia en donde se hallaba la asesina pero Laurie le detuvo, agarrandolo por el hombro.

—No v-vayas —La rubia rogó con el miedo pintado en sus ojos, su voz temblaba y las manos también— Por favor —Susurró entre dientes—. Q-Quentin, escucha...

—Laurie, déjalo —Se acercó Felix y la agarró de los hombros— Él sabe lo que hace, seguro ha de tener un plan en mente, ¿No? —Susurró en su oído—. No debes interferir en un momento inoportuno.

—Ya, suficiente —Habló Julie, agotada de que se le fuera el tiempo por las palabras de clemencia de la rubia— Tengo cosas que hacer. Tú, pelos de escoba —Apuntó con el cuchillo a Laurie—. No te metas en esto porque no dudaré en ningún segundo en despellejarte como si fueras una liebre y de rajarte la yugular como lo hice con esa perra.

Bonhomía → Michael Myers x Jake Park ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora