EPÍLOGO

2.3K 173 352
                                    

31 de Octubre.

Ambos hombres estaban nerviosos, tal vez uno más que el otro. El mayor admiró el paisaje, divisó cada detalle y sus sentidos se agudizaron al intentar detectar un peligro cercano.

El ambiente era bastante cálido, lo que significó que el menor sintiera un intenso calor que le envolvió completamente, llevándolo a quitarse la bufanda para posteriormente guardarla en el bolso, en donde allí mismo se hallaban suministros e otras tantas cosas no relevantes.

El asesino no estaba lo suficientemente seguro para cruzar el camino definitivo, aquél camino en donde, precisamente, se define la vida de su obsesión.

Este percibía una extraña sensación, como de sentirse observado pero lo extraño era de que solo se oía el sonido del viento. El maíz impactando contra el suelo le llamó la atención, de inmediato, Michael Myers, miró atento hacia el lugar en donde se supone que se hallaba la explicación del inexplicable ruido.

No vió nada.

Solo el maíz sobre el suelo, seco y pisoteado.

Como si alguien más hubiera pasado sobre él, aplastandolo con la suela de algún zapato.

—Agáchate —Le ordenó el asesino a su amante, el cual obedeció, el cual también miraba hacia la misma dirección—. ¿Viste eso?

—¿El maíz? —Jake Park susurró entre dientes, mirándolo de reojo. Nuevamente volvieron a escuchar otro ruido, uno distinto, un estruendo semejante a como si algo de gran peso cayera al suelo— ¿Y-Y eso qué fue? —Preguntó preocupado con el ceño levemente fruncido—. Es como si...

—Fueron un par de vigas —Le interrumpió— Vendrán del granero. No quiero asegurar nada pero... Saben que estamos aquí —Michael comenzó a bajar el tono de su voz mientras que avanzaba hacia el frente, en dirección a la entrada del reino de la granja Coldwind— Nos están desafiando. Saben que no somos ineptos como para no adentrarnos aquí sin estar armados —Musitó, mientras que le extendía la mano a Jake, este la tomó, siguiéndolo con más facilidad—. Sospecho que están escondidos exactamente en el granero.

—¿Y en donde está? —Michael y Jake finalmente llegaron al reino. La cantidad de maíz no les favorecía mucho, debido a la altura descomunal del asesino y el estilo de ropa que los dos llevaban— No hay manera de camuflarnos —Criticó, también al mismo tiempo quejándose al tener dicha característica que no le beneficiaba en lo absoluto—. Aunque tú, grandulón, eres el más afectado.

—Está allá en el fondo a la derecha, casi no se ve pero es lo rojo que resalta entre las pilas de paja y... ¿Y-Yo? ¿Grandulón? —Se paró en seco, se volteó y miró fijamente a Jake, este se sintió algo intimidado y recurrió a mirar hacia la izquierda, evadiendo su intensa mirada—. ¿Por qué no me miras?

—¡Me pones nervioso si me miras así! ¿No es obvio? Mides como... Más de dos metros y... Tu voz, todo, eres intimidante, aún no me acostumbro —Confesó ruborizado, cubriéndose el rostro con ambas manos, pero, rápidamente, Michael lo destapó— Tú, no, ven, vámonos, tenemos algo que hacer —Demandó, tomando la mano del asesino y sin saber en qué dirección se hallaba la planta color dorada, el superviviente se fue directo al camino contrario, pero Michael permaneció inmóvil, y Jake lo notó—. ¿Por qué no avanzas? Si yo fuera tan fuerte como tú, te llevaría en mi hombro pero temo que terminaré inválido si lo intento.

—Es a la izquierda —Él aviso. Jake se giró y bufó, aparentemente este odiaba equivocarse y más frente a Michael pero no pudo evitar reír por la situación—. Tienes que estar más atento.

—Lo siento —Se disculpó en su oído, elevando las puntas de su pie para incrementar su altura— ¿Cómo es qué sabes su ubicación? No recuerdo haber visto en donde quedaba la ubicación de esa planta —Michael y Jake continuaron con su camino, obviamente tomando las medidas necesarias para no ser descubiertos—. Estoy muy nervioso, ¿Y si todo es una trampa u algo parecido?

Bonhomía → Michael Myers x Jake Park ©Where stories live. Discover now