XXIX

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—¡Hoy es un buen día para morir! —Exclamó Danny Jed Olsen Johnson, mejor conocido como Ghostface. Este balanceaba en su mano derecha una pistola, la cual, evidentemente era de juguete— ¿Será real? —Preguntó mientras que miraba el agujero de la dichosa imitación y luego, jaló el gatillo pero de esta, no salió nada más que un pequeño balín, el cual golpeó el ojo izquierdo de la máscara—. ¡Ouch! Mierda, creí que no estaba cargada.

—Suelta eso —Codeó Frank Morrison, también conocido como un integrante más de aquél grupo de asesinos conocidos como: La Legión. Frank estaba a su lado, sentado en una pequeña silla de madera luego de haberlo perseguido por horas hasta que finalmente logró hallarlo y alcanzarlo—. ¿No tienes otra pistola?

Danny lo miró con desconfianza, intentando averiguar sus intenciones y próximos movimientos pero luego sonrió. Asintió con la cabeza y del bolsillo de su túnica, sacó otra pistola, la cual también, curiosamente, era de juguete.

—Aquí tienes, cariño —Coqueteó Ghostface con un guiño en el final de su oración. Tomó la pistola, colocó los balines y se la extendió a Frank, el cual la agarró al instante—. No preguntes de dónde lo saqué.

—¿De dónde lo sacaste? —Preguntó burlón y luego lo miró, sacando de lado la pequeña arma—. ¿Qué es lo que tienes en el bolsillo de tu túnica? Es como si tuvieras un almacén allí adentro.

—Pues... No tengo mucho.

—Dame una paleta —. Pidió Frank desafiante.

—¡Bien, trato hecho! —. Aceptó Danny gustoso. El rubio metió la mano en el bolsillo y rebuscó como si tuviera un montón de objetos. Entre tanto traqueteo, comenzó a sacar lentamente su mano pero lo que se mostró, fue simplemente su dedo del medio levantado.

—Cagaste —Amenazó Frank Morrison, fingiendo enojo ante la broma de Johnson y de inmediato se levantó de la silla, tirándola al suelo por su forma brusca de levantarse y fingió recargar la pistola—. Empieza a correr porque a ti, en este momento, no te tendré piedad.

Danny también se levantó de su asiento y se puso en posición de defensa. En eso, alzó su mano y quiso disparar, pero la pistola había desaparecido de la nada, haciendo que la busque con la mirada mientras que volteaba la cabeza como si fuera un mismísimo ventilador.

—¿Buscabas esto? —Le preguntó con la pistola que Danny buscaba en la mano izquierda y luego, la guardó en el bolsillo trasero de su pantalón de mezclilla rasgado— Ahora veamos como te defiendes de "Esto" —. Hizo enfasis en la última palabra.

—Mierda... —Dijo Danny, retrociendo un par de metros mientras que ponía las manos en el frente—. No lo hagas, ¡Sabes que yo te amo!

—Eso se lo dices a todos —. Mencionó Frank aún con la pistola al frente, avanzando en cada paso hasta acercarse un poco al otro asesino.

—¡Lo juro!

—Nunca se jura en vano.

—Lo ju... ¡Aaaah! —Chilló cuando una infinidad de balines a toda velocidad e intensidad golpearon sus manos y rostro, el cual de por sí ya estaba protegido por la máscara—. ¡Espera!

Danny cayó al suelo de una manera extremadamente dramática y incluso, fingió rodar un poco, como si se estuviera tropezando con sus propios pies y manos.

Todo iba bien hasta que a Frank, se le acabaron los balines —Bueno, creo que tendré que lanzarte la pistola —. Meneó la dichosa arma falsa.

—No me hiciste nada —Sonrió victorioso Danny— Estoy como nue... —Vo. Su oración se interrumpió cuando observó como el otro asesino, sacaba el arma que se supone que le pertenecía— ¡Hey, esa es la mía! No me digas que la usarás contra mí... —Preguntó preocupado mientras que se colocaba la mano en el pecho y con la otra apuntaba hacia la pistola. Frank soltó una risa sádica y la recargó, ya estando listo para disparar, dirigió el juguete a la que vendría siendo la sien de Johnson— No puede ser, te di todo de mí, ¿Qué más quieres? —Reclamó—. ¡Si quieres te doy mi cámara! ¡Mi álbum de fotos!

Bonhomía → Michael Myers x Jake Park ©Where stories live. Discover now