XXIII

1.9K 191 89
                                    

“Me siento algo inseguro, demasiado inseguro”.

—U-Uh... ¿Michael? ¿Sigues ahí? —Le llamó Jake Park, aún con la mano en alto mientras que extendía el trébol, esperando a que este fuera aceptado pero el asesino continuó en la misma posición, completamente inerte—. Aparentemente no...

Jake frunció el ceño al sentir inexplicablemente que los minutos pasaban rápido y Michael aún, no se movía de su lugar, ni siquiera hizo alguna seña o algo, solo se quedó allí mirándolo.

El joven sintió un pequeño dolor en el pecho, en la zona de su corazón, la cual tocó con su mano libre y apretó con el intento de sanar lo que estaba sintiendo pero eso no resultó. Entristecido, se volteó y este, se dispuso a marcharse, caminando hacia la casa más cercana que tenía en frente.

La cual, irónicamente era la de Michael Myers. Esta se hallaba con la puerta abierta al igual que con la ventana destrozada, en ese preciso instante, los recuerdos de lo que había pasado regresaron en un vaivén de ida y vuelta.

Sin percatarse del asunto, Jake accidentalmente o tal vez a propósito, soltó el trébol, siendo este aplastado por su propio zapato y caminó, apresurando el paso para alejarse lo más rápido posible del homicida, sin siquiera girarse a mirarlo.

Estaba triste, enojado y decepcionado, una rara mezcla de estas tres sensaciones, todo esto lo sentía gracias a él y por él.

Todo seguía igual que antes, nada había cambiado o eso parecía ser.

Jake entró a la residencia y sin pensarlo ni siquiera alguna vez, se metió derecho a la habitación que no debió de haberse metido.

A la de Judith Myers.

Ya recordó la vez en donde casi la puerta fue tumbada a patadas por Michael y eso lo hizo temblar un poco pero Jake decidió eliminar el recuerdo por obvias razones.

Cerró la puerta y le puso seguro para posteriormente, avanzar hacia la cama de la fallecida y se recostó. Se bajó la máscara facial hasta el cuello y finalmente, colocó las manos en el estómago mientras que miraba el techo.

“¿Fui muy rápido? ¿O no le gustó? ¿Está enojado conmigo?”.

Park no podía evitar sentir que la culpa lo estaba carcomiendo poco a poco, también las preocupaciones y el desconcierto de no saber por qué Michael Myers había reaccionado así ante su gesto de gratitud de regalarle algo por primera vez.

Arrugó la frente, pensando y recapitulando todo lo que había acontecido en el día.

Ellos dos, habían llegado muy lejos al respecto de su relación "formal" de asesino y sobreviviente. Los latidos empezaron a descender de su pecho y los escuchó tan claros que hasta incluso, Jake se sobresaltó, colocándose la mano en el pecho, percibiendo más vívidamente su pulso.

A pesar de que le tenía algo de miedo, Jake, sentía algo de seguridad cuando estaba con el asesino, que lo protegía de cualquier manera en diversas situaciones pero en esa ocasión, solo percibía confusión ante el repentino desinterés de Michael.

—¿Por qué reaccionó así? —Susurró, volteando la cabeza lentamente hacia la puerta mientras que el dolor, continuaba aumentando más y más con cada palabra y recuerdo—. Bueno, no puedo esperar muchas cosas. Creo que me he... Me he olvidado de quién es por un momento.

¿Por qué se sentía tan dolido por alguien el cual lo había a asesinar en un par de días?

Y también, por alguien el cual durante mucho tiempo lo torturó sin piedad al igual que a sus amigos, lo de ser su obsesión, solo era un simple lazo.

Bonhomía → Michael Myers x Jake Park ©Where stories live. Discover now