XIIV

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—Psss... Psss... Tú, sí, tú, Jane —Le llamó un hombre mientras que agitaba el dedo índice el cual señalaba— Acercame eso —Apuntó a una llave la cual estaba en una pequeña caja—. No estoy lo suficientemente cerca como para tomarlo.

La mujer frunció el ceño y el hombre continuó agitando su mano, esta se mordió el labio y se encogió de hombros.

—Ni lo sueñes —Susurró entre dientes— El asesino está cerca y creo que yo soy la indicada para tener la llave. Tú, Felix, siempre eres el primero en ser sacrificado.

El joven rubio, se tocó el pecho ofendido y abrió la boca con una expresión de enojo, aunque Jane tuviera algo de razón, el pobre no tenía la culpa que la mayoría de los asesinos lo quisieran a él.

—Es que, Jane, tú no entiendes el problema de los hombres guapos —Dijo Felix, peinándose el flequillo hacia atrás— Es un verdadero incoveniente tener a todos los asesinos a tus pies por tu belleza pero es obvio, tú no lo entenderías —Sonrió en forma de burla—. Vale, vale, no lo sé en realidad si es por eso pero algo es cierto, me quieren a mí y no sé por qué.

—Te crees guapo pero no lo eres.

—¿A qué no? Las personas que conozco quieren ver mis hermosos abdominales —Mencionó el joven mientras que se palmeaba la dichosa zona—. Es un punto a favor para los modelos como yo. Asi que, dejando de lado este tema, vamos, pásame la llave, ya encontré la escotilla.

—¿Y cómo pretendes que lo haga? —Susurró Jane y luego de ello, señaló la esquina de la salida, la cual casualmente Sally, la enfermera, estaba patrullando—. Estamos muy cerca y para lanzarte la llave, seguramente eres tan idiota que no la logras agarrar y eso llamará la atención. ¿Y si ella tiene ese tal maleficio nadie escapa de la muerte, qué hacemos?

—No lo sé pero tú solo... Acércate poco a poco, agachada y extiendela —Agitó la mano Felix— Rápido, rápido —Jane bufó y retiró la llave de la caja. La ex-conductora de televisión se acercó con lentitud a Ritcher y puso la llave en el suelo, con la punta de los dedos, ligeramente la empujó y esta viajó hasta la mano de Felix, el cual la tomó de inmediato—. Muy bien hecho. Muchas gracias, Jane.

Jane miró hacia las puertas de salida y soltó un pequeño suspiró, el cual calló rápidamente y flexionó las piernas, empezando a arrastrarse por el suelo entre el mojado césped para evitar ser vista por la enfermera.

—Agh —Se quejó la mujer al sentir un pinchazo en su brazo, el cual tocó y se vió la mano, esta estaba cubierta de sangre y Jane, al ver eso, se la limpió con sus propias prendas y continuó con su trayecto— Podrías darme una mano —Felix alzó una ceja—. Es necesario.

—¿Necesario? —Preguntó— Vamos, ven aquí —Le susurró algo leve mientras que, mirando a Sally, le extendió su mano y Jane, le agarró la muñeca, acercándose más rápido—. Debemos correr ahora mismo.

—No sé si pueda soportar mucho, el brazo me duele demasiado —. Mencionó Jane Romero mientras que bajaba la cabeza apenada.

—¿El brazo? Déjame ver —Dijo Felix, agarrando la extremidad de la mujer para posteriormente, deslizarle la pequeña chaqueta el cual esta portaba— Suerte que tienes la camisa arremangada aunque se ve que estás bi- —Felix paró en seco cuando observó las mangas de la camisa las cuales terminaban en el antebrazo de Jane, estas estaban teñidas de un color bordó, lo cual indicaba que era sangre— Mierda, creo que esa loca te hizo un... Tajo —Explicó, corriendo un poco la manga, notando el corte profundo el cual aún, desprendía sangre a borbotones—. Siento que me voy a desmayar por toda la sangre que estás perdiendo.

—Eso no importa, idiota —Maldijo Jane al notar como algunas grietas rojizas adornaban el suelo, dando a entender que no quedaba mucho tiempo y que debían buscar una solución de inmediato—. Estamos perdiendo mucho tiempo, si quieres buscar una solución, hazlo ahora porque yo, lo único que quiero es escapar con vida.

Bonhomía → Michael Myers x Jake Park ©Where stories live. Discover now