Bonhomía → Michael Myers x Jake Park ©

II

¡ANTES DE COMENZAR!

EL CAPÍTULO TRES ESTÁ EN REVISIÓN, LO MÁS PROBABLE ES QUE LO SUBA MAÑANA.

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Disfrute la lectura, mi lector.

Jake Park levantó lentamente los párpados, pestañeó varias veces por la vista borrosa hasta aclararla totalmente, la oscuridad de aquél lugar semejante a un bosque era tan inmensa que le hacía hasta imposible ver sus propias manos. El azabache tocó cada parte de su cuerpo, sintió algunos de sus tubos de ensayo y le sorprendió que aún se mantenieran en un buen estado, luego sujetó el cinturón y verificó que estuviera bien atado para no perder las muestras, también notó las manchas doradas que estaban en su delantal haciéndolas resaltar en la oscuridad. Hacía mucho frío y de eso, Jake se percató, el azabache agradeció llevar guantes para que quizás en un futuro lejano, no le dolieran las manos por el pesado ambiente.

En ese preciso momento, recuerdos le vinieron a la mente, repasando todo lo que había pasado hace unas horas, quizás minutos atrás. Jake siendo atrapado junto a Michael Myers por el Ente hacia a aquél portal amarillo que recordaba perfectamente, aunque a Jake le parecía raro el hecho de que el asesino no estaba con él y eso por una parte le provocó un gran alivio dicho de ser celebrado.

—¿Que es esto? —Murmuró desconcertado, levantándose poco a poco del suelo, en donde probablemente tenía algunos restos de césped en su ropa pero eso no le importó al sobreviviente.

Jake caminó al frente, guiandóse por el sonidos que los cuervos soltaban en el fondo, al menos, gracias a su convivencia con el bosque sabía que los animales u cuervos no se espantarían por su presencia. El azabache corrió algunas ramas con el brazo debido a que estas le impedían el paso y incluso solían asustarlo por el tremendo ruido que brindaba el viento.

—No estoy seguro de a donde voy pero... —Volvió a hablar y soltó—. Gracias a los cuervos que me están guiando.

Un cuervo se recostó en su hombro, Jake lo miró algo tenso porque sabía que a pesar de que fuera un ave común y corriente, tenía la clara y obvia idea de que se trataba del Ente mirándolo, observando cada paso suyo. Jake sonrió tímido y asintió con la cabeza para luego continuar avanzando entre los árboles que parecían moverse con destreza y las hojas de estos las cuales caían sobre su largo cabello, que, afortunadamente se hallaba en buen estado, en pocas palabras, no estaba despeinado y no requería de volver a acomodar su cola de caballo. El asiático caminó siguiendo el sonido u canto de los animales y también, en el fondo, notó una gran luz rojiza que iluminaba algún sitio de aquél lúgubre bosque.

Aunque Jake Park no viera bien de lejos, lograba distinguir los colores mientras más se acercaba y gracias a eso, también las siluetas que se iban aclarando a medida de a cada paso que daba, avanzando con facilidad. El ojinegro oyó unas voces, unas voces tan extrañas y profundas que le puso los pelos de gallina, precisamente erizando cada vello de su cuerpo, era un sonido tan raro para él y incluso el hecho de que nunca había escuchado esas clases de tonos y en cierta parte se les hacían conocidos. Jake se agachó por precaución y agarró al cuervo que estaba en su hombro para posteriormente tomarlo entre sus manos y dejarlo en el suelo, luego de ello, gateó un poco hacia a una roca en la cual, se hallaban las voces extremadamente cercas y incluso, claramente las sombras de las propietarias de estas que al parecer, lógicamente, eran personas.