XXXVI

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4 días.

"Solo mírate. Juntándote conmigo para traicionar a los tuyos. ¿Qué es lo qué pretendes hallar u conseguir con todo esto? ¿La salida de este infierno o convertirte en un demonio en la Tierra?".

Su visión se nubló, y el corazón se descontroló. Los latidos aparentaban ser remolinos sin dirección, era una pulsación diferente, no solo era por la desesperación sino por el terror que le provocaba ver aquellas figuras mirándolo con desdén.

Retrocedió un paso, no estaba seguro de cruzar esa puerta. Aquél hombre le estaba esperando en el marco, recostado en este con los brazos cruzados, esperando el dichoso momento en donde el joven diera su veredicto. Las manos del hombre no eran más que una representación de cuán asustado estaba, ¿Era lo que él realmente quería? ¿Traicionar? ¿Pintar las caras de los que fueron sus amigos para su beneficio?

Su expresión apacible cambió velozmente a un semblante de confusión. Estaba yendo en serio, luego de ver como asesinaban a Kate Denson ante sus ojos, de la manera más cruda posible, algo había cambiado.

En ningún momento sintió la necesidad de detener aquél acto, ni siquiera de gritar que el que lo estuviera cometiendo se detenga, solo se quedó en silencio, apartado con el que se supone que sería su perpetrador.

Él descubrió que había algo de malicia en su herido corazón y buscaba alguna forma de exprimirla, ya sea utilizando a los demás para su propio bien.

Disfrutaba ser el protagonista de su deslealtad.

—Quiero hacerlo —Rompió el silencio de una forma abrupta e inesperada por su respuesta— Sé que probablemente no podré conseguir lo que realmente deseo pero, de algún modo, estoy ansioso de saciar mi odio —Avanzó, pisoteando el suelo con seguridad y llegó hasta su testigo—. Contigo.

—Dwight —Suspiró Evan— ¿Estás seguro de esto? No puedo darte una segunda oportunidad para arrepentirte —Masculló, mientras que le agarraba de la cintura, apegando el pequeño cuerpo del traidor con el suyo—. Asi que de aquellos labios hermosos que tienes... ¿Saldrá toda esa información que necesito para coronarme como el mejor?

—Si es eso lo que tú quieres, así será —Sonrió de oreja a oreja, por unos segundos se quedó en silencio y puedo, relamió sus labios—. ¿Y tú me enseñarás a asesinar?

Evan arrugó la frente, a pesar de que el trato de Dwight era obtener la protección eterna y ayudar de vez en cuando en las misiones, no pensó que querría saber tal cosa.

—Necesitas saber eso, ¿Eh? —Ladeó la cabeza— ¿Para qué? —Le preguntó, evadiendo la primera pregunta del azabache—. ¿Acaso quieres ser un asesino?

Los ojos negruzcos se convirtieron en opacos ante el reflejo del cristal de los lentes, le miraron con frialdad. Una indiferencia que atravesó el corazón de Evan como una flecha encendida en fuego.

—¿Y si quiero cuál sería el problema? Sé que no estoy capacitado para ser uno. No seré tan fuerte como tú, tan ágil como la cazadora o sigiloso como Ghostface —Le contestó sin alguna pena en su voz. Dwight procedió a quitarse los lentes, los arrojó al suelo y con su zapato los destrozó—. Pero de algo estoy seguro, puedo ser mucho más que eso. Si tú me ayudas a, al menos, acercarme a ser uno de ustedes, yo los ayudaré. Mi día a día era convivir con esa bola de idiotas que me acompañaban y hacerlos sufrir sería un placer digno de ser escuchado.

—Ah~ —Cantó Evan y elevó las comisuras de sus labios— ¿Eso era lo que realmente pensabas de ellos? ¿Y qué clase de ayuda propones darme a cambio de capacitarte para ayudarme en mis misiones? —Cuestionó con burla, desafiando las habilidades de Fairfield—. Tampoco sé si podría confiar en ti. No soy lo suficientemente imbécil como para tragarme tal... Estupidez.

Bonhomía → Michael Myers x Jake Park ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora