XXVII

2.1K 181 76
                                    

Jake Park estaba desconcertado, nunca había oído esa clase de propuesta y tampoco se esperaba que Michael Myers, su propio ejecutor, se lo dijera de una manera tan directa.

En aquella ocasión, la timidez lo había atrapado y solo se limitó a mirarlo a los ojos, en aquellas cuencas negras por la máscara que hacía distinguir entre la notable falta de iluminación en la habitación.

Lo iba a hacer, Jake definitivamente haría todo por Michael y por ello, lo agarró de las mejillas, pasando el pulgar por el borde de la máscara y con lentitud se acercó mientras que giraba un poco la cabeza hacia un lado.

Allí, cerró los ojos y sus labios tocaron la textura del disfraz, sintiendo la forma de la boca, precisamente en donde estarían los labios de Michael. Entreabrió la boca mientras que continuaba besándolo, cambiando de posición sus manos, dirigiendolas hacia los hombros del asesino.

Por más que la máscara demostrase que Michael Myers era una persona sanguinaria, inexpresiva y que derramaba frialdad por doquier, en el fondo, su corazón estaba enloquecido y por poco, los dedos le temblaban.

Él estaba nervioso, mucho más nervioso que Jake y por ello, lo abrazó, ejerciendo mucha más fuerza en la cintura del sobreviviente como si no quisiera volver a soltarlo.

Y era lo que realmente pretendía.

Jake se apartó de Michael y lo miró, pensando en lo que le iba a decir —Llegaste a tiempo... —Mencionó y en ello, Myers, dejó el cuchillo en la mesa de un escritorio que estaba cerca y limpió la sangre que caía sobre la comisura del labio del azabache— ¿Me lastimó mucho? —Sonrió y cerró los ojos, fundiéndose en las caricias que estaba recibiendo en su mejilla—. Al menos, por un momento, logré tirarlo al suelo, no sé como lo hice pero... Antes de eso estaba casi asfixiandome y logré liberarme, no sé como lo logré.

Michael se sorprendió y por ello alzó la cabeza, ya que antes estaba concentrado analizando las heridas del rostro de Jake Park pero nunca le había mirado a los ojos detenidamente.

Se sorprendió, generalmente, los asesinos solían batallar entre sí hace mucho tiempo atrás por diversos motivos como por ejemplo: Discusiones que se salieron de control, la obsesión asesinada por otra persona, el robo de pertenencias y provocaciones.

Era obvio que aquello solía sucediendo pero no con tanta frecuencia como en el pasado. Ante la llegada de nuevos sobrevivientes ya que los antiguos, perdieron la cordura al estar en el reino del Ente y fueron, lamentablemente, arrojados al vacío.

Algo en los asesinos había cambiado. Nuevas mecánicas como la caza de obsesión y entre otras cosas más, las cuales no son tan relevantes como cuidar de un superviviente hasta el día de su ejecución.

—Seguramente estás tan impresionado como yo. Sabes, pensé que en ese momento iba a morirme y si tú no hubieras llegado a impedirlo, ese, ese idiota lo habría hecho sin pensarlo dos veces —Lo abrazó, hundiendo el rostro en el cuello de Michael—. Él nos vió, vió todo y no sé como, él lo sabe, Michael, lo sabe todo. Ya no estamos seguros aquí y tengo mucho miedo, nos han de estar buscando.

Michael Myers entendía cuan asustado estaba Jake. Sabía que él tenía razón y que ambos debían abandonar Haddonfield lo más pronto posible, mucho antes de que Jiwoon Hak, el traicionero, corra la voz al respecto de todo lo que vió y vivió.

El asesino bufó y frunció el ceño, estaba muy preocupado y también, notó lo débil que estaba Jake, al punto de que este tenía que hacer esfuerzo para realizar algún movimiento, como por ejemplo, levantarse o incluso caminar.

Michael soltó a Jake y lo agarró de la muñeca, el azabache corrigió su postura y erguió la espalda pero sintió un pinchazo, haciendo que suelte un quejido casi inaudible.

Bonhomía → Michael Myers x Jake Park ©Where stories live. Discover now