Capítulo 2- Las reglas

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JENNA

Despertar con un nudo en el pecho es una sensación asfixiante, una que no me deja pensar con claridad.

Mi corazón está acelerado debido a los recientes eventos, incluso quiere salir disparado de mi pecho. Ahora mismo estoy recostada en una superficie suave y cómoda. Mi cuerpo está cubierto por una tela fina, muy abrigada. Con esfuerzo, abro mis ojitos intentando adaptarme a la luz que me recibe.

Cuando por fin veo con lucidez mi alrededor, me enderezo abruptamente. Por dios. ¿Dónde estoy?

Mi cuerpo tiembla al no saber de mi paradero y no soy capaz de distinguir las cosas a mi alrededor.

Ahora mismo, estoy sentada en una cama inmensa, en la cual podrían caber hasta tres personas con facilidad. Salgo de esta apoyando los pies en el suelo. Una alfombra de terciopelo recibe mi piel dándole cierta comodidad.

Con miedo, recorro la habitación en la que estoy. Paso la mano por la parte trasera de mi cabeza, siento una gran punzada en ella, claramente por el golpe que recibí por parte de los tipos que me lastimaron. También me habían dado en el estómago, pero al revisarlo, no hay marcas. Suspiro.

A mi izquierda, localizo una puerta. La abro encontrándome con un pequeño baño. Increíblemente hermoso, he de admitir. Ocupa solo una ducha, el inodoro y el lavamanos debajo de un espejo.

En cuanto poso mi cuerpo frente a la estructura brillante, veo mi reflejo. No traigo mi ropa usual. Solo una camisa de tirantes y shorts blancos. Esto no es mio.

Mi rostro tampoco es el mejor. Con solo ver mis ojos, cualquiera deduciría que estuve llorando. Bueno, más bien que sigo llorando. Ya que la ocasión lo amerita.

Salgo del baño y vuelvo a donde está la cama. Desesperada y sin opciones, corro a la puerta. Parece ser la única salida disponible así que no dudo en intentar abrirla.

-¡AYUDA!- grito debido a que la puerta no cede. Está cerrada.

El miedo recorre mi cuerpo porque entre más tiempo paso aquí, más me descompongo. No quiero ni caer en cuenta de lo que realmente está sucediendo porque entonces, no se trataría de una mala pesadilla, sino de la vida real.

Intento con la ventana que hay en la pared de la derecha. Sonrío cuando esta si se abre, pero en cuanto levanto la estructura de vidrio, rápidamente borro mi sonrisa. Solo hay un dibujo de un sol pegado a una pared de cemento. ¿Es enserio?

Me apoyo contra la pared y cierro los ojos con fuerza. No hay salida.

Esto no es bueno para mi. Por mucho que me esfuerce, no logro tranquilizarme. No estoy lista para estar sola, menos en esta situación. Soy dependiente de mis amigos, pues ellos son los únicos capaces de ayudarme con mis ataques y las únicas personas a las que les confiaría mi vaso en una fiesta. Sin mencionar a mis padres, por supuesto. Siento como si mi pecho se cerrara y no tuviera más saliva que tragar. Llorar ya es característico de mi, es culpa de mi sensibilidad. Tomo varias respiraciones.

Mi ritmo cardíaco se comienza a acelerar. Sollozo ante el último recuerdo que tengo antes de llegar aquí.

Kim logró zafarse de la cinta adhesiva que estaba en su boca mientras íbamos en la furgoneta. Angus y yo lo logramos también tiempo después. Comenzamos a gritar y suplicar para que alguien nos oyera. Nuestros secuestradores se cansaron, nos golpearon y nos hicieron tomar una pastilla.

Después de aquello... oscuridad absoluta.

Un sedante, probablemente.

Dios mio, esto no puede estar pasando.

Dollhouse (+18) I COMPLETA IWhere stories live. Discover now