Capítulo 22- El sueño

21.6K 1.2K 1K
                                    

JENNA

-Kimi...

-¿Si, Jenny?

-¿Crees que algún día encontraré a alguien que me ame? De una forma romántica.

Ella ríe- Claro que sí. Tú te mereces sentir algo tan hermoso como el amor.

-El amor puede ser también destructivo.

-Si, no todo es color de rosas. Pero para llegar al arcoiris, debes atravesar las tormentas.

-Que reflectiva.

-Lo leí por ahí.

Mi mejor amiga y yo estábamos sentadas en el césped del parque que solemos habituar. La prima mayor de Kim está cuidando de nosotras en un banco mientras parece coquetear con un chico.

-De igual modo, tienes diez años, Jenna. Ambas somos aún muy jóvenes para pensar en el amor.

-Supongo.- suspiro. Desde siempre he soñado que cuando fuera grande, encontraría a mi príncipe azul. Hasta ahora ningún niño me ha dicho que soy bonita o graciosa, como lo hacen con Kim. Ella me repite muchas veces que no debe importarme, que los niños son unos tontos. Pero sería tan feliz si tan solo uno siquiera volteara a mirarme.

Continuamos con nuestra sesión de juegos, en donde simulamos con nuestras muñecas que somos las reinas de un castillo. Pero nos vemos obligadas a detenernos cuando, minutos después, un hombre se acerca a nuestro lugar y se agacha a nuestra altura- Hola, señoritas.

No respondemos y lo miramos con el ceño fruncido. No debemos hablar con desconocidos.

-Lamento interrumpir su sesión de juegos. Solo quería decirles una cosa que quiero que recuerden y quede grabado en sus cabezas- dijo serio. Sus manos tiemblan ligeramente. Tiene un aspecto cansado, como si no hubiese dormido en mucho tiempo. Entorna su vista en ambas antes de soltar las palabras- En lo más profundo del túnel, se encuentra su verdad.

Lo miro atontada- ¿Cual túnel, señor?

-Tienen que encontrarlo, cariño. Les daré una única ayuda.- Kim lo ignora, probablemente esperando a que se vaya. Pero yo pongo atención cuando saca algo de su bolsillo y me lo entrega. Es una llave.

-¿Esto me ayudará a encontrar el túnel?

-Lo hará, es su única salida.

-¿De donde?

-De la casa de muñecas.- responde con una respiración profunda.

Me quedo procesando aquellas palabras, tratando de comprender a qué se refiere.

Comienza a levantarse lentamente- Lamento no poder detenerlo. Lamento que les haya tocado a ustedes.- traga grueso- Les tomé mucho cariño. Los quiero.- nos da una mirada que no puedo descifrar- A los cuatro.

Dicho eso, se va por donde vino. Nos echa un último vistazo con una sonrisa... triste, antes de desaparecer por la carretera. Noté como una lágrima cayó por su mejilla.

Mis ojos se abren abruptamente y me esfuerzo por recuperarme. La calidez que siente mi cuerpo me indica que estoy sobre mi cama y lo confirmo cuando observo mi alrededor. Froto mis ojos y suspiro.

Mientras estaba inconsciente, mi mente proyectó un recuerdo de hace años, cuando Kim y yo éramos niñas. Lo recuerdo. Aquel hombre era mayor, entre los veinte y treinta años. Vestía formalmente con el cabello perfectamente peinado hacia atrás. Nunca lo volví a ver. No es que me quejara, no lo conocía y no podía fiarme de él. Pero sus palabras quedaron grabadas en mi cabeza tal como él pidió.

Dollhouse (+18) I COMPLETA IWhere stories live. Discover now