Dollhouse (+18) I COMPLETA I

Capítulo 28- Verdadera amistad

CHAD

Releo el mensaje que está escrito en el papel que Peter me ha mostrado. Intento adivinar el significado del mismo pero solo pierdo el tiempo, no logro descifrarlo.

¿Debería relacionarlo con el mensaje que me dieron a mi el día del apagón?

"Cuidado Chad, te estás enamorando de la muñeca incorrecta"

¿Acaso hay alguien entregando papeles a lo loco?

-No lo entiendo.- me dejo caer en la silla.

-Pues yo menos.- responde él- Será algún idiota jugando bromas.

No le veo sentido a andar enviando mensajes tan... específicos, y a la vez, algo escalofriantes. ¿Pero qué podía esperar de una mansión llena de lunáticos?

Dejo el tema de los mensajes aparte para centrarme en el maldito número. 61011370.

Desde que Kim encontró aquel papel con dicho código, mi mente se ha hecho un apartado para intentar descubrir de dónde puede provenir. No quiero pensar que no significa nada y que solo le damos vueltas sin sentido alguno. Tiene que significar algo, sino, no habría estado escondido y guardado.

Decido nublar mi mente por un rato. Últimamente me siento algo estresado con los últimos eventos. El código, estos mensajes, lo que pasó en la fiesta de Jenna, mi rara relación con Savannah, mis sentimientos por Kim, mi odio hacia Max, y mis ganas de largarme de aquí. Todo eso acumulado, me provoca un gran dolor de cabeza.

Abandono a Peter para ir a relajarme un rato en la piscina. Me he dado cuenta que el agua ayuda mucho a mi cuerpo. A veces me siento tenso y desmotivado. Por eso mismo, últimamente he concurrido a este lugar. Cuando pongo los pies en las baldosas mojadas, luego de haberme quitado los zapatos, procedo a desvestirme. Me he traído un traje de baño para no tener que mojar mi ropa normal.

Cuando estoy por adentrarme al agua, oigo unas voces a lo lejos. Puedo deducir que es en esta misma habitación. Por lo general, las piscinas suelen provocar bastante eco, así que, al hablar, el tono de voz aumenta. Escucho a alguien por el área de los vestidores. Parece una discusión.

Como todo un chismoso, voy con pasos silenciosos hacia las voces. Dos siluetas se presentan en mi campo de visión, efectivamente discutiendo. Son Max y... ¿Scarlett?

-¿Quién te crees que eres para drogarlos?- le escupe Max a ella con furia. Mantengo mi distancia para que no me vean.

-No lo entiendes...

-¡¿Por qué lo hiciste?!- me sobresalto cuando golpea el casillero a su lado. La mucama cierra los ojos con fuerza.

-Te-tenía la esperanza de que alguno de ellos recordara...

-¿Sabes lo que pasaría si le digo a Christian lo que hiciste a sus espaldas?

-¡No, por favor, no!- suplica con lágrimas en los ojos.- Escúchame Max, tu padre...

-Basta. Solo cállate.- suspiró pesadamente. Yo continúo escondido para poder oírlos- Mi padre cometió un error. Ahora, si valoras tu puta vida, ni te ocurra volver traicionar a la asociación. Ellos están aquí por una razón, recuerdalo.

-¡¿Y entonces por qué no les dicen de una puta vez la verdad?!- se endereza- Ellos no son como los demás esclavos, ellos seguirán planeando cómo salir de aquí.

-Si quieren tener esperanzas de que tienen al menos una puta oportunidad de salir de la mansión, que la tengan. Me da completamente igual. Pero tú y yo sabemos que no pueden saber la verdad. Al menos no hasta que él lo ordene. Así lo decidieron.