Capítulo 3- El libro

28.7K 1.6K 2.3K
                                    

PETER

La voz de Christian hace eco en mi habitación, anunciando que es la hora de despertarse.

Gruño frustrado pasándome las manos por el rostro. Son las seis de la mañana, joder ¡Quiero dormir!

Como sé que no me queda otra, me levanto extrañando desde ya la sensación de comodidad. Hoy es día de uniforme por lo que me lo coloco en cuanto lo saco de mi armario. Primero los pantalones, que son unos jeans negros normales. Me abotono la camisa blanca y luego me paso el suéter verde oscuro por la cabeza. Su tela es fina y delicada, hecha a la medida.

Recuerdo cuando le dieron su uniforme a Kate. Le tocaba usar falda y ella se negaba, tuvo que exigir que le dieran un jean como el nuestro. Claro que lo recortó a su gusto como la mañosa que es.

Me arreglo un poco el cabello con mis dedos luego de pasar a mi baño. Me lavo la cara y largo un suspiro. Llevo tres largos meses aquí.

Según dicen los de Donum, me trajeron a este lugar para darme una mejor vida y sacarme del infierno en el que me tocaba sobrevivir. Como consecuencia, arrastraron a Kate y a Chad conmigo.

Les pasa por ser mis amigos.

¿Qué siento al estar aquí? Absolutamente nada. Es cierto que odio que me encierren y me digan qué hacer, no estoy acostumbrado a aquello. Pero no voy a negar que lo que me dan aquí es todo un lujo del que no me puedo quejar. Mi vida fuera de este lugar era un puto asco. Me cagaba de hambre, me moría de frío debido a la mierda de casa que tenía y no tenía el dinero suficiente para inscribirme en una escuela.

Así que acepto que vivir aquí es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.

Los únicos que saben de los problemas que sufría son Kate, Chad y por supuesto los de la asociación. Según entiendo, antes de "rescatarte", ellos indagan en la vida de su próximo esclavo. Averiguan el tipo de situación en la que está y toman la decisión final de si traerlo aquí o no. Parece que yo fui uno de los afortunados.

Todo es más simple de lo que se cree. Aquí, mientras no incumplas las reglas, tienes una vida de puta madre.

Supongo que la única mierda que he encontrado son las condiciones para el acceso a los condones. Hijos de puta.

Tengo que andar masturbándome a cada rato ya que no puedo ir y follarme a una chica por no tener la maldita protección. Me la paso haciendo tareas como limpieza y orden para así ganar puntos y llevarme hasta diez condones. Eso es justo lo que estaba haciendo ayer, hasta que la flacucha esa me quitó la oportunidad manchando la alfombra. Pues claro, si lo hago mal, no me dan los puntos.

Maldita estúpida.

Veo a Savannah, a Perla, a Milly, chicas de aquí jodidamente sexys que ya me he follado, me sonríen y me provocan cada que paso. Quiero estar con ellas pero no puedo sin la maldita bolsita de plástico.

Si alguna llegara a quedar embarazada simplemente... la matarían.

Probablemente no me importaría, pero sería un culo menos que follar.

Abro la puerta y salgo de mi habitación a la vez que todos los demás. Veo a todos mis compañeros, incluyendo a los nuevos. Está el de piel morena que si no recuerdo mal se llama Angus, la rubia de buenas tetas y la flacucha.

Ella parece ser la más asustada de todos, lo demuestra con cada paso que dá. No me sorprende, es una niña miedosa y temblorosa. Me recuerda a Chad.

Por primera vez visten el uniforme reglamentario. Angus está vestido igual que yo, mientras que sus amigas les toca el mismo sueter, solo que abajo llevan una falda acampanada, negra y corta. Pueden optar por medias tres cuartos o unas medias largas también negras pero transparentes. La flacucha lleva de esas.

Dollhouse (+18) I COMPLETA ITahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon