Dollhouse (+18) I COMPLETA I

Capítulo 35- El juego II

Especial 5/6

KIM

Simplemente me quedé sin palabras. A medida que mi equipo avanza, me doy cuenta de que las cosas se tornan cada vez más extrañas. Primero debo desenterrar un muñeco que cualquiera diría que es idéntico a mi. Tanto por sus rasgos como por la ropa. Y luego llegan tres muñecos más, uno igual a mi hermano pequeño, otro exactamente como mamá, y otro con la apariencia de mi padre.

¿Estoy siendo paranoica?

Joder, es demasiada coincidencia. Y además, las escalofriantes palabras de aquel papel.

¿Por qué me resulta escalofriante? Porque son las mismas palabras que utilicé hace un año atrás.

Lo recuerdo perfectamente. Yo estaba sola, en el jardín de mi patio trasero en medio de la noche. Acababa de romper con Thomas, estaba devastada por su infidelidad. Y el hecho de que hubiese peleado con mamá esa misma tarde tampoco había mejorado la situación. Mi madre estaba muy molesta conmigo, decía cosas como que no me importaba su felicidad, y si me sentía mal por ello.

Cuando dije "me quedaré aquí abajo hasta que por fin sepa que estoy en casa. Hasta que él me rescate.", me refería a mi padre. Quería quedarme bajo tierra y encontrarme con él, por muy turbio que suene. Lo extrañaba y lo necesitaba,

Estaba furiosa, tanto que lancé aquellas palabras al aire sin pensarlo. Nadie me escuchaba por eso no me preocupaba. Pero ahora, releo el bendito papel y mi pecho se oprime. ¿Cómo es esto posible?

-Oye...- mi compañero, el rubio que me ayudó a cavar, posa una mano en mi hombro- ¿Estás bien? Estás pálida.

Sacudo la cabeza.- Sí, sí. Umm...- intento dejar mis pensamientos en el olvido- Pues, ya cumplimos todas las tareas. Se supone que eso nos llevará a la caja musical.

-Cierto. ¿Pero como carajos nos ayudarán estos muñecos a hacerlo?- cuestiona otra de mis compañeras. Ahora estamos reunidos todo el equipo azul, en medio del bosque.

-Pensemos.

***

JENNA

No puedo dejar de llorar. ¿Cómo es posible que aquello saliera de la boca de ese muñeco?

-¿Se puede saber qué te pasa?- el chico a mi lado me pregunta por décima vez. No le he podido responder debido al shock. Mi garganta se secó, las palabras no quieren salir y no sé qué hacer.

Agarro el muñeco con fuerza y, con mucho cuidado, camino hasta quedar al borde del techo, ignorando a mi compañero, quien me sigue llamando. Los recuerdos me invaden. En especial aquel en el que casi acabo con todo.

Estaba justo así, sosteniendo mi muñeca preferida, mirando el porche de mi casa, con las lágrimas deslizándose por mis mejillas y con el corazón latiendome a mil. Tragaba grueso y me repetía que era lo mejor.

Estaba cansada de este mundo. La gente era cruel, muy cruel. Me han hecho sentir como la peor escoria del mundo. Me han lastimado física y emocionalmente. Y a nadie le importaba, porque lo seguian haciendo. Por eso a nadie le importaría que me vaya de una vez.

Odiaba ser egoísta con mamá, papá y mis dos mejores amigos, quienes son las únicas personas en todo el planeta que me han amado. Pero ellos debían entenderme... quiero dejar de sufrir.

Recordar ese día era como una punzada eléctrica que volvía a atacar mi mente. Las palabras que dijo el muñeco, fueron las mismas que yo dije antes de estar por saltar del techo de mi casa.