T r e i n t a.

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Fue así todo el camino, detrás de nosotros, haciéndose presente con movimientos bruscos para recordarnos que caminaban detrás de nosotros. Incluso, en un momento cuando Lucas intento posar su brazo a la altura de mi espalda, el sonido de lo que supongo eran latas dentro de las bolsas empezaron a sonar de manera brusca y obvia, lo que lo llevo a desistir de su movimiento. 

La sangre me hervía producto de la cólera, un movimiento en falso y sería lo suficiente para desconectar mi cerebro y plasmarle una cachetada en el rostro, pero tener que explicar la razón iba a ser mucho mas complicado de lo que podía ganar con ese momento de satisfacción.

Lucas hablo un par de oraciones que no llegue a escuchar completamente, solo respondía con sonidos afirmativos invitándolo a continuar. Estoy segura que en algún momento el sonido debió haber sido en un momento espantoso e incómodo de su relato por lo que se callo y nunca más hablo. Quizás me contó acerca de un paciente con alguna enfermedad terminal y yo musitando toda perdida.

Al llegar a mi portón, me di la vuelta para poder despedirlo, mire por encima del hombro de Lucas y observe que se encontraban pasando ambos, para así proseguir en su camino. No necesite pensarlo mucho, di dos pequeños pasos hacia Lucas, me incline delicadamente hacia a él parándome de puntillas, mis dedos fueron a la altura del cuello de su camiseta y lo bese delicadamente, cerrando los ojos lo más que pude.

Conte unos cinco segundos antes de separarme y lo primero que note es que ya habían continuando evitando cualquier conversación, solo le desee buenas noches y me metí a mi departamento rápidamente. Me quede ahí, en la penumbra de todo el edificio, parada mirando a la nada, no sé cuanto tiempo habrá sido, pero debe haber sido bastante, tanto como para escuchar el carro de Lucas alejándose del lugar, tanto, como para que el sensor de movimiento de las escaleras se apagaran.

La oscuridad en la que me encontraba era reconfortante, como si el mundo hubiera dejado de existir, no me sentía bien, no solo por el beso, sino por la inestabilidad que estaba experimentando en este preciso momento. Empiezo a creer que cometí un error al hacer eso, pero sobre todo, el motivo por el cual deseaba hacerlo. 

Una nueva semana iniciaba. Era lunes y estaba dispuesta a poder olvidar todo lo ocurrido el día de ayer, no había recibido llamadas después de lo sucedido, logrando sentirme aliviada. Esta vez iba a ser seria.

Antes de salir del departamento pose frente al espejo, mirándome fijamente. Tenia que parar, estaba primero desviando mi objetivo principal en la universidad. Las palabras de mi madre resonaron toda la noche provocando un pequeño lapsus de llanto en la madrugada. Me costo conciliar el sueño al recordar más episodios del fin de semana, sumado al hecho que me encontraba sola estaba casi segura que Alex fue a dormir a la casa de James. 

Nunca pensé que los sentimientos producidos por los recuerdos vergonzoso de madrugada fueran más intensos. Todo esto tenía que parar. Mi cabeza estallaba con miles de posibilidades y teorías, pero transferirme no era una de ellas, no podía regresar al punto de inicio que tanto me costó. Tengo que aplicar lo aprendido, es la manera de hacer frente. 

¿Y si los profesores se enteran de lo sucedido en la fiesta?

"Tienes que llegar a casa a las tres de la mañana si es que en algún momento decides salir, no estoy de acuerdo pero tampoco podrá vigilarte, estoy segura que te eduque lo suficiente como para no pierdas el tiempo en esas cosas, como diversiones promiscuas y amistades fuera de tu nivel, recuerda no es de señoritas estar a más de esa hora. La educación es lo primordial que debes tener y sobre todo cuidar el concepto que los demás puedan tener de ti"

EDÉN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora