V e i n t i c u a t r o.

623 71 6
                                    


Tras veinte minutos, opté por unos jeans entallados a la cintura de color negro junto un cinturón del mismo color para dar contraste al pequeño top color blanco que terminaba en el inicio de mi ombligo. No quise elegir tacones puesto que no me eran tan agradables a la hora de usarlos para alguna fiesta, solo para compromisos sociales que realmente lo requerían.

Un poco de maquillaje entre rubor, mascara de pestañas y un labial para balancear un poco el color de mi rostro, esos fueron los últimos retoques para proceder a bajar.

Ambos se encontraban a la altura de la cocina, riendo con una cerveza en la mano. Lucas vestía una pequeña camisa veraniega de color vino adornada de unas lineas verticales blancas y azules que le daban un aspecto muy relajado y vintage que lograba llamar la atención al ser de un color diferente a las bermudas y zapatillas de color negro que terminaban de completar su atuendo.

Sonreí ampliamente mientras me iba acercando.

— Hey. — Salude mientras aceptaba la botella de cerveza que Lucas había traído en forma de contecia— Es una pena, yo que realmente pensaba verte con el uniforme.

El pequeño comentario ofrecido lo lleve pensando todo el rato que me llevaba alistando, intentando así poder brindar una entrada relajada. Sonrío victoriosa al ver su pequeña risa como respuesta a mi comentario. 

— Realmente es algo impresionante las pocas veces que la gente me ve sin el uniforme, debo admitirlo con un poco de vergüenza.

— Creo que hoy es nuestro día de suerte. ¿Podemos pedir un deseo? — Bromeé ladeando la cabeza hacia un costado ante su comentario. Alex afirmo que se habían llevado muy bien con él y sobre todo porque escucho atentamente la historia de James inmediatamente se saludaron.

Nos embarcábamos en un taxi mientras conversábamos un poco acerca de temas generales como la universidad,  y sobre  ingreso a la clínica de emergencia un señor que se había perforado prácticamente la mano tratando de quitar el hueso del aguacate, afirmando que esa clase de casos era un tanto usual.

Sin darme cuenta, entre risas, ya estábamos cerca del lugar y la primera cerveza que había traído se agotó entre sorbos distraídos. Dudé al momento de aceptar la segunda que Alex me alcanzaba indicando que eran dos por personas y me correspondía terminando por aceptarla, para que de un par de buenos sorbos casi volviera a dejarla casi vacia. No sabia exactamente cuanta cantidad de alcohol tenía esta marca y tampoco me interesaba saberlo.

Si la conversación entre nosotros tres había relajado cualquier teoría en mi loca cabeza acerca de la presencia de Lucas aquí, no entendía porque me seguía sintiendo nerviosa y sobre todo por qué la sensación de aumento conforme nos acercábamos cada vez más al Edén. Quizás es por Alex y James, o la probabilidad de quedarme sola con Lucas sin saber qué hacer en algún punto de la noche.

Evan apareció ante una supuesta teoría al por qué de mi estado pero inmediatamente decidí desaparecerlo de mi memoria, rechazando cualquier escenario con ese individuo. La mente el día de hoy no me iba a jugar en contra y es de manera obvia que no es por él el hecho de que mi piel se haya escarapelado al escuchar el sonido del bajo por la musica que retumbaba en las ventanas del taxi para indicar que ya habíamos llegado al lugar.

Bajamos mientras Lucas amablemente se ofreció sin ningún problema en pagar el taxi, e incluso cuando le insistí en compartirlo se negó rotundamente. Botamos las botellas en el primer tacho que encontramos camino a la entrada.

El olor a la brisa de mar el día se sentía. Lucas observaba de manera curiosa como algunas chicas cruzaban pasando de nosotros entre risas y coqueteos de manera descaradas ante él.

EDÉN.Where stories live. Discover now