EDÉN.

C u a r e n t a y c u a t r o.

No recuerdo la hora exacta en la que me dormí ni en la que desperté, la última debe haber sido muchísimo antes de que amaneciera porque me quedé mirando la oscuridad hasta que tuve el valor de empezar a cambiarme. Intenté hacer el menor ruido posible para no levantar a mi madre y a Alex. Solo alcancé a agarrar un poleron a ciegas y unos jeans que habían secado. Antes de salir por completo, me quede parada en el umbral por un par de minutos deliberando si es que debía tomar los folletos. Al final, decidí que tenía un poco más de tiempo para pensar que haría con ellos pero de lo que estaría segura es que si Alex lo llegará a ver, se sentiría de alguna u otra forma rechazada a algo que me busco con un claro entusiasmo para mi.

Ya el clima había empezado a cambiar, cada vez amanecía más frío. Los primeros rayos entre la niebla estaban empezando a aparecer. Me dirigí al pabellón en donde tendría la primera clase el profesor Young para poder pedirle por última vez el cambio de compañero u otra actividad. Los pabellones estaban casi vacíos, la primera clase era a las siete de la mañana exacto por lo que recién ingresaba una que otra persona.

—Buenos días profesor Young. — Salude al mismo tiempo que tocaba con los nudillos la puerta para pedir autorización para pasar. Este, con la mano me hizo un gesto de luz verde y fuí hacia él con mi mejor sonrisa.

—Buenos días Alisse. No creo que este sea tu bloque. ¿Ha pasado algo? — Comentó mientras terminaba de sacar el material de clase, debe haber llegado a penas.

— Sí, acerca de eso, bueno.. —Callé un par de segundos y mis manos empezaron a jugar entre ellas para ocultar el nerviosismo ante alguna posible respuesta negativa.

— Alisse. Si estás aquí para el trabajo que deje, no lo voy a cambiar. — Se detuvo a mirar mis manos y luego continuo hasta observarme con las gafas un poco bajas. — No es tan difícil. Es una tarea que es de nivel académico secundario.

"No es tan difícil"

¿No era tan difícil?

¡Era demasiado difícil!

Intentar no rodar los ojos ante su respuesta fue un total desafio, quisiera poder explicarle toda la situación pero sé que solo procedería a reírse de mi inmediatamente para luego concluir en que esto no era ninguna novela y que cumpliera con mis responsabilidades adecuadamente.

— No estoy pidiéndote un ensayo digno de Sabato, pero podría estar conforme con tan solo aprobarte. —Pronuncio derrotado, como si me estuviera adelantando que no esperaría con buen trabajo de parte mía. Me removió ligeramente aquella expresión de su rostro por lo que asentí y solo procedí a retirarme del aula.

Estaba claro que no iba a aceptar ningún cambio, ya estaba de más volver a intentarlo, tampoco podía suspender o iba a perder la beca y el desarrollo estudiantil aquí sin esta me era imposible.

Suspiré derrotada mientras esperaba el ascensor que para novedad absoluta, se demoraba demasiado, las personas estaban destinadas a subir entre el primer y tercer piso sin parar.

Decidí tomar las escaleras de emergencias ubicadas en la parte posterior. Bajaba a paso acelerado hasta que al girar para continuar frene el paso de manera fugaz para retroceder inmediatamente.

Eran dos personas besándose, pero no cualquier persona, me pareció reconocer algo en los pocos segundos que tuve.

Me lleve la mano a la altura de la boca para que ni siquiera se me escuchara respirar y di dos pasos pequeños que me permitieran estirar la cabeza sin ser descubierta. 

Lo sabia.
A primera vista, ese camisón lo conocía perfectamente. Era el que Evan había usado ayer, y que por lo que deduzco se lo llego a llevar, por eso salió después que Alex.