C u a r e n t a y t r e s.

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Desearía poder expresar con alguna palabra las sensaciones primerizas que Evan me hace sentir. No existe algún significado lógico para poder comprender mejor lo que sucedía conmigo. Es como si estuviera dividida en dos, entre mi cerebro y cuerpo, cada vez que intento alejarme y perderlo en el camino, parece como si el destino intentara zambullirme de nuevo contra él en este mar de percepciones.

Las proporciones de su rostro eran todo lo que deseaba admirar, quiero culpar a los efectos del alcohol una vez más, una ligera sonrisa se había formado en su rostro ante mi acto con el cigarro y de fondo solo podíamos escuchar el delicado baile de las hojas secas deseando desprenderse de las ramas por el clima. Mi respiración era lenta y profunda, la proximidad de ambos nos permitía notar el aroma caliente de ambos. Como aquel día en Edén.

¿Por qué estás situaciones solo funcionan cuando bebo? ¿Será que no deseo aceptar la falta capacidad de discernir ante él? Sé que puedo distinguir por medio de los pensamientos racionales lo mal que se plantea la situación y aún así vuelvo al punto de inicio que no deseo profundizar. Su dedo se desliza por labio inferior delicadamente, su mirada se vuelve vivas y sus pupilas se dilatan.

"Bésame".

Se escucha de manera profunda gracias a un cerebro borracho de hormonas.

"No".

Se escucha en la parte racional del mismo cerebro confundido.

— Es un poco tarde como para jugar a la cenicienta ¿No crees? — Murmura a pocos centímetros de mí. Para luego expandir su sonrisa de manera mordaz.

Esto está mal.

Este hombre es tiene la bandera roja tatuada en la frente.

Y aunque no tengo la menor idea de porqué profundizo mis pensamientos con cada acción suya, opto por seguir cerrando la puerta y marcar la linea.

Me alejo delicadamente de él sin perder la cercanía, inclino mi rostro formando una pequeña cortina con mis mechones sueltos entre nosotros y llego a la altura de su oido.

— No es tan difícil. —Susurré cerca del lóbulo pausando unos pequeños segundos para estirar mi brazo hasta los cigarrillos que se ubicaban al costado de su cuerpo con el objetivo de robarle uno. — Darme un cigarro. —Presumí de lo tomado moviéndolo entre mis dedos. Sonreí de forma burlona y me levante.— Ah. —Señalé la lata de vino que había comprado — ¿Si podrás botarla, no?

Asentí socarrona y me fui sin pensar en mirar atrás. Aceleré el paso a medida que mi distancia crecía de la banca para no hacer notar las ganas de desaparecer inmediatamente. El fío aire chocaba a mis mejillas mientras caminaba con la cabeza gacha abrazándome a mi misma.

Una vez que me sentí segura de estar sola en mi entorno, relaje los brazos y giré para ambos lados para comprobarlo. A causa de lo sucedido, me percaté que me había desviado un poco del departamento por equivocación.

Me quede estancada unos minutos con la mirada perdida al frente, mientras procesaba internamente.

¿Qué son estás emociones?

¿No habíamos quedado en algo, Alisse?

No es solo con Evan. Después de lo que paso hoy con tu madre, lo mejor es mantener perfil bajo para no levantar sospechas. Levante la cabeza hacia el cielo y me fundí mirando las nubes pasar de manera lenta mientras me tranquilizaba.

Estaba decidida a conversar el día de mañana con el profesor para pedirle que me conceda un cambio de trabajo. No importa si llegará a ser el doble de complicado, vería la manera de ingeniármelas y la idea de estar ocupada cada vez más ya no me desagradaba tanto, empezaba a verlo como una necesidad o una buena opción de escape.

EDÉN.Where stories live. Discover now