D i e c i s é i s.

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Luego de explicar el motivo de mi accidente, omitiendo la parte de la estampida y cambiando un poco los hechos por obvias razones legales, calmaron un poco las risas ante mi rostro de dolor cuando por pequeños giros, palpadas y observaciones impedían el correcto desplazamiento de mi talón.

— Parece que la fiesta si fue buena. — Lucas, como había indicado que se llamaba. Se encontraba con una rodilla apoyada en el suelo y otra doblada.

El bochorno de vergüenza al notar el estado de suciedad resultado de la estampida me carcomia por dentro.

— Hm... — Dudó por un segundo, procediendo a dar un apretón ligero. Mi rostro se contrajo de nuevo y me encontré con la mirada curiosa de él ante mi reacción.

— ¿Es muy grave? — Alex interrumpió, acercandose un poco a él.

Mientras a James estaban que se le carcomían los celos desde el primer momento que noto como amenaza al pobre hombre que portaba el uniforme azul como si hubiera nacido con él.

— Lo ideal para el procedimiento es primero encontrar el estado en el que está es empezando por una limpieza del área. — Me encogí de hombros, algo avergonzada.

Si mi madre logrará ver en el estado en el que me encuentro estoy segura que me haría pasar una ducha de una hora apoyada en el talón hasta que quedara totalmente reluciente y oliendo a jabón. Eso, o procedería a envenenarme seguido para poder traerme aquí y poder ofrecerme en santo matrimonio.

El salvador, como he decidido llamarlo mentalmente, les explicó a Alex y a James que el tramite para poder determinar el estado final iba a tomar tiempo, entre exámenes y la demora, por lo que sugirió amablemente regresar a descansar un poco y brindar nuestros datos a las recepcionistas que extrañamente se encontraban atentas a la conversación, ya que no fue necesario indicarles para que nos estábamos acercando al modulo.

— Tina. — Voceó Lucas, llamando a una joven de melena castaña que vestía el mismo uniforme que él solo que en color blanco.

— Dígame Doctor. — Dijo en un tono de voz relajado.

— Prepara la toma de rayos, descarte de fractura o luxación, aún no pasa por triaje. — Se levantó acomodándose el estetoscopio que llevaba a la altura del cuello y salió de la zona de recepción de manera educada.

Alex me regalo un abrazo asegurándome que pasaría por mi a penas la llamaran de la clínica y que no me preocupara por los gastos. Luego, Tina sujetó las asas de la silla de rueda para empezar a conducirlas.

Respecto al tema monetario, me situaba un poco fastidiada por el hecho de tener que gastar en un tema tan relevante como un inútil salto. Las clínicas con el seguro de estudiante brindan un porcentaje de descuento bastante considerable, pero era un lujo que no me podía permitir en este momento.

Mi teléfono se encontraba fallando por una caída que tuvo en la cafetería de la esquina, rajando parcialmente la pantalla por lo que cada vez que deslizaba la yema de mis dedos un pequeño corte nuevo aparecía.

Las luces del salón de emergencia eran suaves, logrando que mis ojos se encontraran totalmente agradecidos. Tina condujo pasando por camillas numeradas ubicándose en una con la cortina abierta en señal de disponible.

— Vamos a proceder a pasar por triaje, para determinar algunos datos tuyos dado a que cuentas con una nueva historia clinica, luego de esto, esperaremos las indicaciones si es que ya te encuentras apta para poder ingresar a tomar un par de placas para descartar. ¿Sí, linda? — Tina me ofreció sonrisa al concluir.

— Muchas gracias. —Agradecí con voz un poco derrotada por el cansancio.

Después de brindar algunos datos solicitados me encontraba echada en la dura camilla. Nunca me han gustado los hospitales, no desde que una vez mi madre enfermó y cada vez que la visitaba, la zona de cocina se encontraba cerca a la habitación, el olor se volvió repugnante y desde ahí no pude volver quitármelo cada vez que ingresaba a alguna clínica o hospital.

EDÉN.Where stories live. Discover now