Q u i n c e.

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No quería ser tan evidente ante al pequeño disfrute que tenia al recordar la cara de  ambos empapados de Ron con Coca - Cola, especialmente por él podía asegurar que se merece más bebidas con considerables proporciones de hielo a la entrepierna mas seguido.

— Tienes agallas chica. — James me miro contra el retrovisor por un par de segundos— Nadie, en toda la historia del campus había ni siquiera pensando esa posibilidad con Evan.

— Bueno, me presento. Soy Nadie. — Extendí mi mano en medio del hueco de ambos asientos en forma de saludo y la retire divertidamente. Me recosté delicadamente de nuevo— Con suerte las personas que acordarán de esto, no hay que hacerle mucha fiesta. Creo que otro será el tema de habla.

— Puede ser que sí o puede ser que no. — James sentenció visiblemente incomodo para pasar a preguntarle inmediatamente a Alex acerca de un restaurante al que desean ir.

Ignorando el comportamiento extraño de él, empiezo a jugar con la ventana empañada, delineando pequeños dibujos abstractos para volver a esperar a que volvieran a su estado inicial y seguir dibujando.

No pude evitar dejarme llevar por los recuerdos. 

Por el recuerdo de Evan.

Era como si el aliento de alcohol y menta inundará mis fosas nasales mentalmente una vez más, rememorando todo lo que me fuera posible, su tacto en la zona de mi cintura. Los tatuajes de su piel adorando y reclamando a contraluz. 

La manera en mi cuerpo había reaccionado.  Todo fue absolutamente nuevo. 

Nuevo y fugaz, al punto que dudaba si es que todo eso fue real.

Apreté los labios, deleitándome en un punto de reflexión totalmente extraño para mí. Era una mezcla de sentimientos que aún no podía descifrar.

Debo seguir con estragos de alcohol.

Incliné la cabeza hacía atrás sin despegar la vista de la ventanas, conforme los faroles de la calle se hacían más cercanos unos tras otros me indicaban que ya estábamos fuera del territorio lejano y llegábamos a la ciudad.

Ignoraba totalmente los comentarios de ambos riéndose sobre la situación, me fundía cada vez mas intentando disfrutar aquellos sentimientos que dudaba que volvieran a suceder en otra oportunidad. El alcohol y yo nunca hemos sido buenos amigos.

A la hora de ingresar por la sala de emergencia, parecía que hubiéramos salido de alguna pesadilla de cualquier película de terror. James había solicitado una silla de ruedas para mí inmediatamente nos estacionamos. Me sentía algo halagada por la atención amable de los enfermeros.

Me contemple en el primer espejo junto a Alex, sorprendida, mientras me reía.

Yo llevaba solo él rímel corrido en cambio ella llevaba todo el maquillaje completamente desecho que le había costado por horas.

— Nada de lo que no haya visto antes. — James le poso un suave beso en la frente al notar nuestras expresiones de asombro divertido y fue a la zona de recepción.

— Este debe ser el peor After al que he asistido en toda mi vida. — Alex se hizo un moño en la cabeza y se pasó las yemas de sus dedos en el rostro delicadamente para intentar removerlo.

Después de un par de papeleos, idas y venidas de James y Alex por el pasillo, el medico de turno se acerco a nosotros.

— Buenos días —Una voz totalmente sería nos aleja de nuestra conversación saludándonos a los tres, acaparando la atención totalmente. Miré por reflejo a la ventana que se ubicaba a espaldas de él. La Luz en la atmósfera se teñia de color celeste claro indicando que ya se encontraba amaneciendo.

Dibujé una sonrisa al notar que quizás la voz no iba tan acorde al físico de aquel hombre cernido a duras penas en aquel uniforme. Pareciera como si toda la sala de emergencia se hubiera detenido, las recepcionistas revoloteaban unas a las otras entre pequeñas risillas y empujones e incluso una niña, que según calculo ronda los ocho años, también quedo embelesada con el doctor..

« Adams » según la placa que lleva a la altura del pecho.

Y menos no podía ser, aquel salvador que venía a observar el estado de mi talón contaba con una barba pequeña pero fija y ordenada, y el cabello adornado fijamente con una pequeña capa de gel.

Sentía una gran ofensa al pensar como es posible que pueda presentarme en este estado, y felizmente Alex estaba de acuerdo conmigo, puesto que la notaba nerviosa arreglandose el cabello y el rostro de la manera más disimulada para no levantar sospechas de James.

El encantador bajó la mirada al folder metálico que tenia entre sus manos— Señorita Smith. —Dirigió la mirada automáticamente hacia mí, supongo que es obvio el estado en el que me encontraba en este momento— Cuénteme por favor acerca de su situación.

Posé una mano en el brazo de la silla de ruedas en la cual me encontraba sentada y me rasque el cuello por nervios— Bueno.. —Aclaré la garganta intentado retardar mi explicación.


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¡Hola! Muchas gracias por sus comentarios y el apoyo que le dan a la novela. Estos días se me hacen un poco difícil de actualizar por la situación, entonces entre el trabajo virtual y las clases por igual se me complica un poco. Pero les prometo de todo corazón que intentaré hacerlo mucho más seguido por ustedes. Generalmente hago dos promociones y actualizo en la misma semana. Espero que todas estén muy bien, de nuevo muchas gracias por sus votos y comentarios son muy especiales y en estos días difíciles me alegran mucho. Cuídense bastante. Un beso.

EDÉN.Where stories live. Discover now