V e i n t i t r é s .

606 69 12
                                    


— ¡Lucas! —Respondí emocionada por impulso al haber aceptado la llamada, cuando me di cuenta de mi tono de voz, me sonroje automáticamente pensando en lo estúpida que debí haber sonado por tratar de decir que prácticamente muero intoxicada y ahora respondo con otro tono. — Ay, Lucas —dije ahora con un tono de voz moribundo.

Lucas carcajeó ligeramente — Vaya, si que suenas mal. Lamento por haberte hecho esperar en la linea. Espero que aún te encuentres con signos vitales presentes si es que no ha sido demasiado tarde. Coméntame, soy todo oídos.

— Ay —Intenté hacer un penoso lamento. Suspire y tome aire— La verdad, no voy a mentir. Mis signos vitales están correctos. El motivo de esta llamada es porque —El tono de mi voz cambió completamente, no tenía idea de como realizar la invitación y ya estaba demasiado apenada— el viernes tengo una fiesta, peeeero. —Alargué para darme ideas— te llamaba para saber si podrías asistir como un invitado, porque quizás, no sé. Los analgésicos recetados me pueden caer mal si es que mezclo con alcohol.

— Aja. — Respondió intrigado. 

Ay no.

¿Asistir como un invitado?

Con razón nunca tienes citas Alisse. 

— Y bueno, como dicen por ahí, siempre es bueno contar con un medico o algo así escuche.

— O sea, me estás invitando a salir. —Dijo, tranquilo.

Al momento de escucharlo no pude evitar reírme. Seguro estoy quedando en ridiculo y totalmente gratuito. Una puerta se escucho abrirse y un pequeño susurro ajeno logró pausar nuestra comunicación.

— En este momento no puedo responderte como me gustaría, tengo una paciente que atender, pero a penas desocupe me comunico para conversar acerca de la nueva prescripción medica que te voy a brindar el día viernes ¿Te parece?

No entendí absolutamente nada, pero solo hice un sonido con mi boca afirmando y luego colgué rápidamente. Me levanté del suelo y camine hasta mi cama.

— Isistir cimi in invitidi, isistir cimi in invitidi. Debería denunciarte y ponerte orden de restricción en este mismo momento por ridícula Alisse. 

Pasaron aproximadamente quince minutos, entre los que decidí empezar a avanzar un par de trabajos pendientes. Inútil fue todo el intento, ya que solo me quede mirando la letra Enter del teclado mientras por mi mente transcurría todos los posibles escenarios como respuesta, cuando de pronto mi teléfono se encendió por un mensaje de texto.

«Indiana, salgo de turno a las 10 el viernes. ¿Estaría bien?»

¡Bingo!

Una sonrisa de satisfacción se dibujo en mi rostro ante aquel respuesta. No tenia mucha fe respecto al tema pero supongo que al doctor le caerá bien un viernes de diversión en un antro/casona de perdición con jóvenes hormonales con alto riesgo de ser capturados por la policía y probablemente avergonzarlo hasta más no poder.

Apague la pantalla del teléfono mientras apoyaba los codos en el escritorio. Con las manos enlazadas vuelvo a fijar la mirada en la tecla Enter y debato internamente si es buena idea humillarme de esta manera. Sé que quizás no es el típico plan de vamos por unas copas a un bar refinado, de hecho si mi madre se enterará que frecuento estos lugares lo más seguro es que pediría mi traslado y probablemente haría aislamiento social por mucho tiempo.

Pero también sé las ganas que tengo de no quedarme sola, considerando que Alex haga migas con James y Stephen termine perdiendonse por ahí.

No puedo ir arrojando bebidas a la gente que se pasa de lanza conmigo, a parte, perdería el estilo de leyenda.

Tome una gran bocanada de aire afirmando mi decisión mientras encendía el teléfono.

«Sí, no hay ningún problema. Te mando la dirección de la residencia el día Viernes. Ya sabes, para generar un poco de expectativa, jaja. »

Envié.

Creo que haber convivido relativamente con James hizo que se me pegará su sentido del humor, si es que lo podríamos llamar así.

Me levante de la silla, camine ergida frente al espejo.

¿Qué es lo peor que podría pasar?

Llevé mis manos a la cintura y saque pecho.

— ¿Qué es lo peor que podría pasar? — Repetí frente a mi reflejo con incertidumbre, últimamente el destino y sus planes para mi terminaban siendo una gran sorpresa a tal punto que me lanzar en sentencia esa oración me daba temor.

Los días pasaron demasiado rápidos, intente despejar mi mente del día pactado y gracias al destino los trabajos adelantados me permiten enfocarme.  No sé cuantas veces había escuchado acerca de las ganas de hacer sufrir a James y cada hora era de forma un vía crucis para ambas. Tener que escucharla hablar del mismo tema resulta un poco agotador pero rezaba internamente para que su plan se lleve a cabo.

Me duche faltando media hora para la hora pactada con Lucas ya que Alex tardo aproximadamente dos horas en producirse. Abrí mis cajones un poco dudosa acerca de lo que podría usar el día de hoy, tras titubear un poco decidí ponerme una pequeña camiseta de color negro y unos jeans claros.

Estaba buscando mi cepillo de cabello hasta que Alex entró de manera violenta a mi habitación, logrando que la puerta se golpeara contra la pared al momento de abrirla.

— ¿Pero qué...? — Brinqué producto del susto que me había producido aquel estruendo. Volteé inmediatamente y encontré una muy visible rubia encajada en un precioso y casual vestido de tiras negro en combinación con unas botas largas por encima de la rodilla que lograban estilizar aún más su figura, para no perderse en la misma tonalidad de ambos una casaca denim terminaba por completar su atuendo.

— ¿Y? — Pronuncio mientras se mordía el labio, en expectativa de una sincera respuesta. Sé que debe estar muy nerviosa, porque lleva el cabello seco y eso es clara señal que en todo este tiempo debe haberlo también arreglado para que la humedad no le juegue en contra.

— Alex, estas muy linda. Estás yendo a matar. — Sonreí y observé como se relajaba ante mi respuesta para que a los dos segundos, al inspeccionar de arriba a abajo con la mirada mi ropa, rodeara los ojos.

— Ay no —Interrumpí sus pensamientos antes de que los pudiera decir y le di la espalda para mirar de nuevo en el espejo— No, realmente estoy bien.

Miré con el rabillo del ojo como paseaba de cuarto en cuarto, trayendo de aquí para allá un par de cosas. Cuando finalmente acabó, tosio de forma sarcástica para que volteara a verla. La ignore las dos primeras hasta que la tercera sentí que se iba a desgarrar un pulmón ante tanto esfuerzo.

— Me gusta tu atuendo —Trato de sonreír para tratar de convencerme— Pero creo que para esta oportunidad, cuando vamos a una fiesta y has invitado a tu "amigo" semidiós —Remarco haciendo comillas con los dedos— ¿Qué opinas?

Me rasque el brazo en señal de indecisión mientras observaba el pequeño cerro de ropa que había dejado encima de la mesa, inspeccionando de forma curiosa algo animada ante la idea de poder quizás usar algo que normalmente no uso pero de igual forma se encuentra dentro de mi armario. Quizás tenga razón y no por el hecho de que sea por el amigo que he invitado el día de hoy que claramente he tratado de hacerles entender que no es un cita, sino por simple duda de que por algún motivo en cierto momento decidí comprar estas prendas por más que estuvieran viviendo como fósiles enterradas. 

El timbre sonó, automaticamente observé el reloj asombrada al ver que faltaban cinco minutos para las diez. Antes de que pudiera excusarme acerca del tiempo, Alex me indicó que bajaría a recibir a Lucas, indicando que también es una buena oportunidad para poder explicarle un poco a donde íbamos y para romper un poco el hielo para no tornar tan incomoda la conversación.

Estaba un poco nerviosa, no lo puedo negar, pero que la frescura de Alex logré amenizar un poco la situación me aliviaba. Se dio la vuelta y bajo las escaleras mientras que yo me quede frente al pequeño cerro de ropa para empezar a probarme algunas opciones.

EDÉN.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant