C u a r e n t a y u n o.

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Me dedique a saborear la cerveza fría que tenía a la mano dandole la espalda a los demás mientras miraba a través de la ventana, si bien, la vista no era espectacular en este momento todo aplicaba como distracción. A lo lejos, escuchaba a mi madre invitar a los demás a la sala, pero sobre todo, a Lucas con especial énfasis, presumiendo haber encontrado una tabla, o bueno, un intento de tabla de quesos en el supermercado como ella resalta.

El último trago antes de decidir regresar con los demás se sintió más amargo. Di la media vuelta y me sorprendí al ver a Evan parado en una esquina, mirándome fijamente. No sé cuanto tiempo lleva con las copas en mano para los restantes que se animaron a tomar un poco del vino de la mesa. Tan insignificante era, que ni siquiera se habían preocupado por apagar la luz de la cocina o mi madre ni siquiera se ha dado cuenta que llevo una cerveza en la mano, el tenue reflejo de luz amarilla de la sala era lo único que me ayudaba a distinguirlo entre la oscuridad.

No dije nada, pero no aparte la mirada. No sé si el alcohol me pone vulnerable, no entendía el porqué de mis sentimientos a flore, especialmente hoy. Era como si pudiera leerme y saber lo mal que la estoy pasando con la presencia de ella aquí, amo a mi madre, pero desearía que aflojara un poco más la cuerda conmigo después de todo lo que he intentado demostrarle después de todo.

Ese es mi gran defecto, me adelanto a todas las situaciones antes de siquiera tener un ápice de pista a que sucedan, los nervios me están consumiendo y estoy rezando a todas las religiones que conozco para que no todo termine en un desorden.

— ¡¿Pero por qué demoran tanto las copas?! — Exclama Alex riendo mientras ingresa a la cocina. Evan cruza mirada con ella y procede a salir de la cocina. Se queda parada mirándome de manera extraña y retrocede la cabeza para mirar a Evan salir. Su frente estaba fruncida, como si hubiera entendido de una manera extraña lo que observo. — ¿Estás bien? —Supongo que le importaba más verme a mi toda extraña en la casi total oscuridad.

— Sí, solo vine a tomar una cerveza a escondidas de mi madre, tranquila. No deseo escuchar muchos sermones hoy, así que bueno — Me acerque a ella, tomándola por los hombros de manera divertida para luego salir con las copas que ella llevaba en mano con una sonrisa falsa hacia los demás.

Alex y James compartían el sillón de dos plazas. Mi madre, estaba en el de un solo cuerpo y Lucas en el sillón de dos. Evan se recostó de manera delicada en el estante que teníamos a la altura de la mesa del comedor, un poco alejado pero lo suficientemente cerca como para escuchar y participar de las conversaciones. Me acerque al único lugar que quedaba que era a lado de Lucas y me sorprendió ver que su pulgar acarició mi rodilla al momento de sentarme.

Intente disimular para no plantar cara ante mi reacción. Felizmente todos estaban picando de manera aleatoria los alimentos de las tablas. Me acerque al vino para servirme pero fue interrumpida por Lucas.

— Por favor. —Dijo de manera cordial, mientras me servía.

— Un caballero siempre atento a las damas. Como tiene que ser. — Mi madre comentaba con la misma risa risueña hacía él.

Le agradecí con una pequeña sonrisa para luego sorber inmediatamente una vez estuviera llena al nivel de "etiqueta", poco o nada estaba yo de rellenarla hasta el filo pero no puedo hacer un papelón.

— Cuéntame un poco de ti, eres la primera persona que conozco fuera de Alex. Me interesa mucho escuchar como se conocieron.

— A mi también recién me conoce hoy — Murmuró James a lo lejos con un tono de queja.

Alex procedió a darle un pequeño peñizcon para prestarle atención al hombre que tenía al lado mío. Mi madre, regreso la mirada a James y prácticamente fue lo suficiente clara al pedirle que se esfume solo con mirarlo.

EDÉN.Where stories live. Discover now