venticinque

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Usualmente, Amélie hace todo lo posible por evitar salir demasiado del interior de su oficina, porque al final de cuentas no le agrada tanto la idea de tener que interactuar con sus demás compañeros, porque no importa qué tanto se esfuerce en ello, siempre termina pensando en que todos y cada uno de ellos tiene algo terrible para creer sobre ella, su peso, su cuerpo, su apariencia y su presencia, y no se considera lo suficientemente fuerte como para tener que enfrentar sus sonrisas y palabras amistosas con relación al trabajo cuando sabe que nada de eso es real, que todo se trata de una farsa hipócrita en donde nadie la considera porque es sencillamente asquerosa.

Y es algo constante, algo que siente en los huesos, por eso es que se mantiene alejada de cada uno y solo les habla cuando es realmente necesario, y quizás ni tanto cuando simplemente puede enviar estos correos electrónicos en donde puede decir todo lo que necesita sin el requerimiento de tener que verlos a la cara y apreciar el asco y el desprecio que a lo mejor sienten cada vez que la mira. Amélie no es una mala persona, de verdad que no lo es, pero tiene esta creencia espantosa de que todo el mundo se fija en su cuerpo y no son capaces de ver más allá de ello, lo que provoca que tenga esa constante idea autodestructiva en donde insiste en que lo mejor es, simplemente, aislarse.

Justo como hace ahora mismo, con la puerta cerrada y detrás de su computador, con el estómago vacío y anhelante de cualquier cosa cuando lo mantiene en una especie de suplicio en donde no solo castiga a sus entrañas vacías, sino también a sí misma, por no ser lo que desea ser, por no poder ser mejor. Tiene este ligero dolor de cabeza que la perturba de vez en cuando, pero no se trata de nada que no pueda controlar mientras se encarga del proyecto que tiene en la pantalla del computador.

Aunque no tiene idea de cómo exactamente lo ha logrado, especialmente porque cree que su jefe le ha tenido alguna especie de lastima, Amélie resulta ser gerente en una empresa publicitaria italiana en donde tiene la ocupación de revisar y aprobar todos los artes que vayan a ser entregados a los clientes. De vez en cuando tiene la oportunidad de hacer algunos diseños, y se le da bien, en realidad a los ojos de cualquiera es excelente, pero jamás ha logrado sentirse lo suficiente como para admitir que tiene muchísimo potencial porque siempre está buscando y encontrando errores y desorden en donde no lo hay.

Es un martirio constante el vivir de esa manera, no puede ser ni siquiera considerado como tal, pero es lo que hay, es lo que es, y aunque todavía no se acostumbra a su propia miseria, siempre es algo que de alguna forma u otra puede soportar. Se estruja el ojo izquierdo al mismo tiempo en el que tocan la puerta de su oficina, y la morena se endereza en el asiento mientras se llena los pulmones de aire antes de hablar.

—Pase— Dice, lo bastante alto como para que la escuchen.

La puerta es abierta, y Amélie respira con suavidad cuando ve que solo se trata de Calum, uno de sus subordinados que es algo así como su asistente aun cuando ella en serio insiste en no llamarlo de esa manera, ni mucho menos, aún cuando de eso se trata su empleo. A Amélie le agrada Calum, porque de alguna forma es capaz de mirarlo a los ojos sin tener aquel constante remordimiento burbujeando en sus entrañas cuando hablan, porque es realmente agradable y amable, y de algún modo siempre está buscando la vuelta para hacerla sentir mejor aunque sea por el más mínimo de los instante.

Le tiene aprecio, y en serio espera que él pueda tenerlo por ella aun cuando es un poco obvio y todo está en su oscura cabeza.

—Buenas tardes, Amélie— Le saluda el moreno, con una brillante sonrisa en los labios y un par de tazas de café entre las manos, que deja sobre el cristal del escritorio cuando toma asiento delante de ella.

La muchacha le devuelve la sonrisa con suavidad, y extiende la mano para aceptar la bebida, porque al final está hambrienta y sabe que el líquido logrará calmar aquella sensación por lo menos durante un rato aun cuando ella en serio necesita comer.

Body art [#2] | ✓حيث تعيش القصص. اكتشف الآن