finale

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Corre tropezando con el mueble de la sala, coge el teléfono y marca el número de emergencias con las manos temblorosas y el aire atascado en la garganta. Resulta ser una suerte que el aparato sea inalámbrico, porque mientras el tono de la línea resuena en su oído, va de regreso al baño.

La llamada es descolgada.

—Aiutaci!— No tarda en hablar dentro de su nerviosismo, en aquel intento por pedir auxilio en una situación tan devastadora que lo acecha y acaba con él.—La mía ragazza per favore, uno, ho bisogno di un'ambulanza, per favore, muore, muore [¡Ayúdenme! Mi novia. Por favor, una, necesito una ambulancia, por favor, se muere, se muere]

Solloza en voz alta, el teléfono tiembla en su mano y como puede sacar a Amélie de la bañera. Se encuentra inconsciente con una de sus camisas puestas, esa que le ha dejado en uno de aquellos días en los que han estado juntos. Tiene el rostro empapado y tan pálido entre el agua o las lágrimas, y el corazón se le rompe en miles de pedazos.

Hay un murmullo por parte de la operadora que Luke no llega a escuchar del todo, porque está demasiado ocupado dejando a su amor desfallecido en el suelo, entre sus piernas, tocando su rostro en un intento por hacerla despertar cuando no ve ninguna herida en su cuerpo. Trata de calmarse para poder darle la dirección a la mujer que lo atiende, y hay un pequeño atisbo de esperanza cuando le asegura que una ambulancia llegará enseguida, lo más pronto posible.

Deja caer el móvil a un lado, y atrae a Amélie a su pecho, su respiración es demasiado lenta cuando le coloca los dedos debajo de la nariz, y el alma le tiembla al pensar en que con cada segundo que pasa se le está terminando de ir. El fotógrafo llora sin remedio, sin poder evitarlo, el montón de lágrimas le empañan la vista y apenas puede ver como muere, pero lo siente como si fuera en carne propia y agoniza mientras la abraza con más fuerza.

De pronto, y como una especie de ayuda divina, su mirada se encuentra con el pote de pastillas vacío en el suelo que aparentemente ha rodado cerca del inodoro. Las cejas se le alzan en impresión repentina, y reacciona tan rápido como puede al colocar a Amélie hacia abajo cerca del inodoro. Se moja la mano con el agua que continúa en la bañera, y con toda la inseguridad e inexperiencia que posee, le introduce los dedos en la boca, tan cerca de la campanilla como puede.

No está seguro de si va a funcionar, de si es correcto siquiera, pero va a salvarla, tiene esa intención. Así que curva los dedos en su garganta, y Amélie da una arcada, soltando este líquido que Luke no consigue ver porque está demasiado concentrado en hacerla reaccionar. Repite el proceso sin importar absolutamente nada, completamente dispuesto a hacerla expulsar la mayor cantidad de pastillas posibles del organismo de su Vénus.

Una nueva arcada, más líquido y algo de comida y más pastillas, y otra vez, sólo que más comida sale y menos pastillas, pero Amélie logra respirar un poco más. Toma una gran bocanada de aire, pero se mantiene inconsciente, las alarmas de la ambulancia se hacen escuchar y el fotógrafo ríe entre lágrimas mezcladas con su alivio.

La abraza contra su pecho con fuerza, sintiendo la débil respiración de su amor en la piel. Al menos respira, se recuerda.

—Vas a estar bien. Lo prometo.

Se pone de pie con ella en brazos, casi cayéndose al momento de alzarse, porque ahora siente el dolor agudo que le ha provocado la corrida hasta allá en las piernas, y le pesa más el alma que cualquier otra cosa. Cierra los ojos, y saca fuerzas de donde ya no le quedan para poder salir a la sala del departamento.

Abre la puerta como puede,  los paramédicos lo encuentran medio camino, y por un segundo Luke se siente temeroso de dejar que se la quiten de los brazos, pero el hombre le hace saber que tienen que subirla a la ambulancia rápidamente y a él no le queda más remedio que dejarla ir.

Body art [#2] | ✓Where stories live. Discover now