Historias aleatorias que involucran varios aspectos que Hajime Isayama no nos ha mostrado de nuestra amada pareja LeviHan.
¡Y pensar que todo esto salió de mi imaginación...
Vaya sorpresa!
El amor con el que han recibido estas historias realmente m...
¡Hola! No he tenido tiempo para nada pero recordé que había escrito esto antes pero se quedó arrumbado por alguna extraña razón.
No entra como mini shot porque es mucho más extenso pero aún así aquí va.
¡Espero lo disfruten!
Sobretodo la interacción entre estos 2 personajes que siempre vemos orbitar alrededor de Hange.
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—Vete
Volvió a repetir aquella forma debajo de las sábanas en forma de gruñido.
—Tienes que comer algo, sabes que no me voy a mover de aquí hasta que lo hagas.
Escuché un suspiro y luego aquella cosa se volvió a remover debajo de las telas, esperé todo lo pacientemente que pude pero al cabo de algunos minutos la respiración se volvió acompasada.
Acaso...¿se había dormido?
—¡Oye! —dije con un tono de voz un más firme.
Sin respuesta.
Me acerqué hasta la cama y removí un poco las sábanas para poder ver a la persona debajo de ellas.
Una vez que lo conseguí pude ver que al parecer hacía demasiado calor entre tantas telas ya que la cara de la molesta mujer se notaba sonrojada.
—Hange —dije imitando su gruñido cuando me indicó que me fuera, termine quitando todas las sábanas de encima suyo mientras hablaba.
Ella ni siquiera se inmutó, continuó respirando tranquilamente.
Al parecer había estado sintiéndose algo indispuesta por lo que Erwin me aconsejó dejar a mi grupo de mocosos en manos de Mike por el resto del entrenamiento y hacerle una visita a la mujer.
Coloque el dorso de mi mano sobre su frente y pude confirmar aquello que había notado al observarla salir de aquel nido que había formado entre sus sábanas.
Definitivamente tenía fiebre o podría ser que simplemente había pasado demasiado tiempo debajo de las sábanas, no estaba seguro.
—Ah... —dije soltando una respiración, sintiéndome exhausto, no era justo que estuviera enferma si hace un par de días estaba en perfecto estado de salud, por lo menos eso es lo que yo había visto, no había tenido oportunidad de verla hasta hoy—. Siempre tú, Hange, siempre tú —dije sentándome con pesadez sobre el borde de su cama.
Pase ambas manos por mi rostro, había salido en una misión al exterior recientemente y justo ahora que había vuelto estaba comenzando a sentir el cansancio, sin mencionar que verla enferma no ayudaba.
La puerta de la habitación se abrió, asustándome, provocando un sobresalto tanto en mi persona como en aquel que la había abierto, obligándose a pausar su andar.
