Historias aleatorias que involucran varios aspectos que Hajime Isayama no nos ha mostrado de nuestra amada pareja LeviHan.
¡Y pensar que todo esto salió de mi imaginación...
Vaya sorpresa!
El amor con el que han recibido estas historias realmente m...
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-Hange, suéltame.- dije con un tono cansado.
Ella no dijo nada.
Continué caminando, no porque ella indirectamente me lo hubiese pedido, si no porque sabía que no me soltaría y no sería del todo agradable armar un caos antes de siquiera poder abandonar apropiadamente los terrenos cercanos a la legión.
Aquí había mucha gente que nos conocía incluso si nuestras ropas no delataran a qué organización pertenecíamos.
Pasamos un largo camino sin hablarnos, ella aún tenía mi antebrazo fuertemente sujeto en su mano derecha, no suponía un gran problema el zafarme de su agarre pero, no tenía ganas de pelar.
Al llegar al pueblo finalmente me obligó a adentrarme a uno de los muchos callejones mal olientes del sitio y se cruzó de brazos.
-Exijo una explicación.- dijo firmemente.
Estuve a un instante de recargar mi espalda contra la pared pero afortunadamente recobré el sentido común y mire con desagrado aquel sitio nauseabundo.
-¿Explicación de qué?.- pregunté desinteresado.
-No conseguirás distraerme de lo que te pregunté.- asintió haciendo énfasis en su oración.
-Pues no se de que hablas.- me encogí de hombros.
¿Qué más podía hacer?, le pregunté y no me había respondido con claridad... no era adivino.
Incómodos segundos de silencio pasaron.
-¿No piensas hablar?.- preguntó nuevamente.
-No, sigo sin saber qué quieres que te explique.- dije esta vez con la misma firmeza que ella había usado al hablar.
-Entonces, creo que voy a tener que aclarar esto ...-
Dio un paso al frente hacia mí, debido a nuestra diferencia de alturas tuve que mirar ligeramente hacia arriba para poder hacer contacto visual.
-Te escucho.- respondí.
-Pues según mis sospechas, estabas celoso de que me la pase toda la última semana con Mike.-
Solté una respiración extraña que venía desde el fondo de mi garganta, ¿pero de que ridiculeces hablaba?
-¿Entonces estoy celoso?.- pregunté irónico levantando una ceja al hablar.
-Claro.- respondió como si fuera lo más obvio del mundo.
-¿Qué te hace pensar eso?.-pregunté.
-No has intentado buscarme ni una sola vez en la última semana, y cada ocasión en la que nos cruzamos en el comedor mirabas de una forma terrible a Mike, te llamamos varias veces para que te sentaras en la misma mesa que nosotros y nunca nos hiciste caso... ¿eso te parece explicación suficiente?.- comentó con dramatismo.
