Historias aleatorias que involucran varios aspectos que Hajime Isayama no nos ha mostrado de nuestra amada pareja LeviHan.
¡Y pensar que todo esto salió de mi imaginación...
Vaya sorpresa!
El amor con el que han recibido estas historias realmente m...
¿Acaso no pueden convivir en otro entorno que no sea en la privacidad de un cuarto cerrado?
😏😏😏😏
En fin, aquí tienen esta cosa que se me ocurrió hace un par de noches pero que no había podido dar final, igual que a todo en mi vida.
¡Espero les guste!
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No sucedía a menudo pero cuando pasaba me aseguraba de estar disponible todo el tiempo que él así lo quisiera.
Y siempre comenzaba con la misma pregunta.
-¿Vas a terminar tu investigación?.- decía con un tono de voz que para cualquiera incluso para mi en las primeras ocasiones sonó igual de neutral que siempre.
Pero no lo era.
Aquello era la prueba de que se refería a algo que ni él mismo se había percatado que quería antes.
-Sí, pensaba terminar con esto, llevo semanas trabajando y falta muy poco para poder darle un cierre.- mencione con una radiante sonrisa en mi rostro mientras lo miraba fijamente.
Esperando una reacción de su parte que sabría no obtendría.
-Hmm.- respondió, mientras asentía.
Era la respuesta que normalmente recibía, pero había algo en la forma en que hacía esa combinación de elocuencia (¡ja!) y ese asentimiento de cabeza para finalizar con los brazos cruzados sobre su pecho que me había dejado intranquila desde la quinta vez que lo había notado.
Y es que aquella era la clara señal (sobretodo clara) de que no quería que me fuera, y estoy segura al mencionar esto ya que lo he comprobado.
-Aunque podría quedarme un rato más, no he dormido muy bien.- dije estirándome sobre la cama y abrazando contra mi pecho la única almohada sobre la cama.
Él hizo un sonido de fastidio y se sentó en la orilla del lecho.
-Sabes que en tu habitación también hay una cama, ¿verdad?.- dijo en voz baja.
Claro, ahora venía la negación.
Intentaría echarme de su habitación sin realmente querer hacerlo porque bueno... es Levi, pero debemos tener en cuenta que si él verdaderamente así lo quisiera, ya estaría saliendo disparada por la ventana.
-Tu cama es más cómoda.- dije enterrando mi rostro en su almohada.
Escuché un sonido de desagrado abandonar su boca antes de mencionar.
-Nuestras camas son las mismas eso ya lo sabes pero si babeas algo, será tu responsabilidad lavarlo, ¿escuchaste?.- ahora procedía con las amenazas.
Mi risa se escuchó amortiguada por el relleno de la almohada, pero estoy segura de que me escuchó.
-Como sea...- dije ignorándolo y aspirando profundamente el olor a detergente y a algo fresco en la tela entre mis brazos.
