Historias aleatorias que involucran varios aspectos que Hajime Isayama no nos ha mostrado de nuestra amada pareja LeviHan.
¡Y pensar que todo esto salió de mi imaginación...
Vaya sorpresa!
El amor con el que han recibido estas historias realmente m...
Bueno, esta vez les traigo esta propuesta que honestamente me entusiasmo demasiado cuando la leí, así que me dije a mi misma, ¿por qué no intentarlo?
Y bueno sí, aquí tienen.
¡Nos leemos al final!
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El suave sonido de sus pisadas mientras caminábamos de alguna forma hacía que todo esto se sintiera más íntimo de lo que en realidad era.
Cerré mis ojos intentando visualizarnos a ambos simplemente caminando uno al lado del otro, mientras el viento mecía con algo de fuerza los mechones de cabello que habían escapado de mi enmarañado peinado.
Simplemente estábamos realizando un recorrido de rutina, sí, esta vez, por azares del destino, nuestros nombres habían coincidido para que terminaran emparejándonos.
Al escuchar al comienzo de la semana mi nombre a la par del suyo indicándonos que al final de la misma seríamos los elegidos para realizar dicho recorrido, no pude más que buscarlo con la mirada a través del comedor.
Él ya me observaba desde la lejanía con ojos entrecerrados.
No, yo no había movido ni un solo dedo para que esto sucediera, si eso es lo que él estaba intentando hacerme saber desde la distancia, por lo que negué mientras una sonrisa comenzaba a dibujarse sobre mis labios.
Notaba la forma en que la gente al rededor de nosotros nos observaba, pero honestamente eso me importaba bastante poco a estas alturas.
Ninguno mencionó nada.
Continuamos con nuestras actividades como era costumbre, estos últimos días habían sido algo ajetreados por lo que, ni siquiera me había tomado la molestia de buscarlo para hacerlo pasar por aquella dosis de sufrimiento como a él dramáticamente le gustaba llamar a nuestros encuentros.
Solo dejé que los días transcurrieran como normalmente lo hacían, hasta que finalmente había llegado el momento.
A las 12 con 13 minutos me encontraba abandonando el edificio donde previamente me encontraba trabajando.
Llegaba tarde, lo sabía, pero igual no diría nada que él no supiera, por lo que al igual que yo, simplemente lo dejo pasar sin mencionar una sola palabra.
Yo tampoco había dicho nada desde que llegue a su lado.
Había estado gritando órdenes de un lado a otro todo el día e incluso un día antes por lo que, no me encontraba con ánimos de hablar, así que dejé que todo transcurriera en silencio.
Uno que esperaba no fuera incómodo, sobretodo tomando en cuenta que eso no era algo con lo que la gente me relacionara.
Caminábamos a la par, sin mirarnos, dedicándonos únicamente a observar con atención nuestro alrededor, intentando encontrar algo que pareciera fuera de lugar sin verdaderamente encontrarlo.
