Lidiando con el estrés.
¡Espero que lo disfruten!
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Cuando recobre la conciencia de lo que hacía y acababa de suceder me encontraba de vuelta en mi habitación.
La oscuridad envolvía todo, mire rápidamente a través de la ventana, la noche aún se encontraba en apogeo.
Mi mano viajo hacia mi frente, el sudor cubría la parte superior de mi cara mientras que la ropa que usaba se encontraba bañada en un asqueroso fluido.
Sudor... pensé.
Mi respiración aún estaba agitada, hacia mucho que no tenía ese tipo de sueños.
—Esa idiota hasta en sueños me causa problemas.
Dedique dicho comentario en voz baja a la oscuridad que me rodeaba.
Aquel día que tanto me aterraba siquiera pensar, había sucedido en mi sueño.
El día en el que Hange dejaba este mundo a manos de una de aquellas bestias horribles, y de la peor de las maneras.
Recuerdos de Isabel y Farlan volvieron como si los acabase de vivir... verlos sin vida en aquel campo abierto fuera de las murallas.
Mire la pared de mi habitación, mi respiración comenzó a acelerarse nuevamente al revivir aquellos recuerdos.
La mirada sin vida que me devolvía Isabel, la sangre de Farlan que se mezclaba con la tierra y la lluvia que azotaba aquel día.
Escalofríos, más sudor, mi respiración agitada... todo aquello mientras mi garganta se cerraba lentamente.
Estaba por sufrir de un ataque de pánico, justo en ese maldito instante.
Relájate, no pasa nada... estás dentro de las murallas, estás bien.
Isabel está muerta.
La humanidad ahora está más cerca de averiguar el origen de aquellas bestias.
La culpa es tuya, eran tus amigos y los abandonaste.
La muerte de todos los cadetes valdrá la pena, la pérdida de sus vidas no será en vano.
Hagas lo que hagas ellos siguen muertos.
No, podemos cambiar el destino de la humanidad gracias a los logros que hemos tenido.
Matar a más de la mitad de los cadetes no es lo que llamarías un logro.
—¡Basta! —grite a la nada.
Me levante de la silla donde momentos antes dormitaba, por razones como la que ahora me ocurría, evitaba dormir demasiado.
Pero a juzgar por la oscuridad dentro y fuera de mi habitación no había estado durmiendo por mucho tiempo.
Una hora a lo mucho.
¡Excelente!, ahora tendría que hacer algo para distraerme.
Encendí la lámpara de aceite que se encontraba en mi escritorio y me dirigí a la ventana.
Eso no ayudaba en nada, para ser honesto.
Comencé a sentir un ligero hormigueo subir a través de mis manos...
Tenía que calmarme a cómo diera lugar, no podía dejar que un maldito ataque de pánico sacará lo peor de mi.
Cerré los ojos e incliné mi cabeza de manera que mi frente quedara pegada al frío cristal de la ventana.
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-Levihan- OneShots en Edición
RandomHistorias aleatorias que involucran varios aspectos que Hajime Isayama no nos ha mostrado de nuestra amada pareja LeviHan. ¡Y pensar que todo esto salió de mi imaginación... Vaya sorpresa! El amor con el que han recibido estas historias realmente m...
