Historias aleatorias que involucran varios aspectos que Hajime Isayama no nos ha mostrado de nuestra amada pareja LeviHan.
¡Y pensar que todo esto salió de mi imaginación...
Vaya sorpresa!
El amor con el que han recibido estas historias realmente m...
Bueno, gracias ate es el one shot del que les hablé previamente.
Advertencia: este escrito contiene ciertas partes que pueden ser asociadas con sentimientos de ansiedad/depresión.
Dicho esto, espero les guste.
¡Nos leemos al final!
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—¿Puedes revisar esto?, creo que Erwin mencionó que lo necesitamos para la próxima semana.
El sonido de la puerta siendo abierta se dejó escuchar a nuestras espaldas, lo cual provocó que ambos nos giráramos para ver de quien se trataba.
El tipo bajito que toda la legión temía y admiraba a partes iguales ahora entraba a la habitación.
—Buen día, Capitán —dijo amablemente Moblit tomando los documentos de entre mis manos y dirigiéndose a una de las bitácoras que teníamos en el lugar.
—¿Qué te trae por aquí, enano? —aquello provocó que Moblit se girara y me lanzara una mirada de advertencia, la cual obviamente ignoré.
Levi simplemente cerró la puerta, avanzando con lentitud hasta finalmente llegar donde me encontraba, después se sentó a mi costado, o más bien se dejó caer sobre la silla, recargando su peso contra el respaldo y dejando que su rostro mirara hacia el techo del lugar, bueno no, ya que sus ojos se encontraban cerrados.
—¿Todo bien? —pregunté de nuevo mientras pasaba mi mano derecha entre sus oscuros cabellos.
Moblit quien presenció todo aquello decidió que era mejor retirarse, así qué camino apresuradamente hasta llegara a la entrada.
—Iré a revisar la bitácora que se encuentra en el archivo —dijo saliendo de la oficina.
Apenas y alcance a asentir a lo que Moblit dijo antes de desaparecer.
Nos quedamos en silencio, yo sobretodo esperando a que el pelinegro mencionara algo que me diera la dificulté información para poder saber qué sucedía.
—Háblame, ¿quieres? —dije acercándome a su lado, mientras pasaba ambos brazos alrededor de su cintura.
Aquella posición era extraña pero ya antes había comprobado que a él parecía no importarle, siempre y cuando se tratara únicamente de mi.
Recargue mi cabeza en el hueco entre su hombro y cuello, pasando ligeramente mi nariz sobre la piel que se encontraba expuesta.
Decidí esperarlo hasta que se sintiera con la intención de explicarme que sucedía, físicamente se notaba todo en orden, pero podría ser que aquello que le aquejaba no tuviera que ver con algún entrenamiento o algo parecido.
—No me siento bien —dijo en voz baja después de largos minutos.
Guarde silencio, pacientemente esperando a que él elaborara en su respuesta, al cabo de un par de minutos en los cuales el no mencionó nada más fue que decidí ahondar en aquello que había mencionado.
