Historias aleatorias que involucran varios aspectos que Hajime Isayama no nos ha mostrado de nuestra amada pareja LeviHan.
¡Y pensar que todo esto salió de mi imaginación...
Vaya sorpresa!
El amor con el que han recibido estas historias realmente m...
Bien, en este one shot me saldré un poco de lo cotidiano y a lo que estamos acostumbrados, tanto ustedes a leer como yo a escribir, estoy poniendo una dosis medianamente adecuada de Levihan aunque este capítulo no se centra por completo en ellos.
Sin más que agregar, los dejo con la lectura.
¡Nos leemos al final!
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Corría lo más rápido que mis piernas me lo permitieron, los demás soldados me observaban correr desde la lejanía y automáticamente se quitaban del camino, haciéndose a un costado.
Nunca había hablado con ninguno de ellos pero era obvio que sabían quien era.
Un par de gotas de sudor recorrieron mi frente debido a que intentaba mantener mi ritmo para de una vez por todas poder llegar donde sabía que podían llegar a necesitarme.
La legión de reconocimiento nunca me había parecido tan grande como en este momento.
Algunos minutos más tarde me encontré finalmente con la líder de escuadrón, ella me miró con expresión preocupada, seguramente me veía terrible.
—Mikasa, ¿te encuentras bien? —preguntó mientras yo intentaba recuperar el aliento.
Parece que todos esos ejercicios de respiración que nos habían enseñado hace algún tiempo simplemente abandonaron mi cabeza en el momento en el que más los necesitaba.
Apoyando mis manos sobre mis rodillas y sintiendo un ardor bastante particular dentro de mi cuerpo cada vez que respiraba fue que finalmente pregunté.
—¿Dónde está?, por favor dígame ¿dónde está?—le pregunté dedicándole una mirada llena de preocupación.
Me sonrió ligeramente.
—Está en la enfermería, esperamos que no sea nada grave, pero aún hace falta que despierte.
Asentí, no sabía muy bien bajo que circunstancias había sucedido simplemente escuché a algunos de los imbeciles con los que estaba limpiando el establo murmurar algo acerca del accidente que había tenido el chico.
De principio únicamente se referían a aquella persona como "el chico", hasta que finalmente parecieron notar mi presencia y los murmullos se intensificaron, ahora eran más rápidos y se entendían mucho menos por lo que intenté sacar lo que fuera de información relevante.
Y no fue hasta que hicieron mención de un par de palabras clave que me di cuenta de quien hablaban.
