｢ᴇɴᴄᴇʀʀᴀᴅᴏꜱ」

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*Nota al final

El aroma a vino, la copa cerca a sus labios, pero su postura completamente congelada sin expresión alguna. España estaba pensando en silencio sobre las colonias, aún no daban con ellos pero tenía pistas al respecto.

Ciertamente le provocaba dolor de cabeza pensar en aquello, pero no por el hecho de que se le escaparon, en realidad meditaba el que hacer con respecto a cada una de esas colonias una vez aparezcan.

Recientemente le llegó una carta de Portugal, sobre sospechas de dónde podrían estar.

"Muy cerca, lo presiento"

Fue lo que dió a entender el imperio portugués.

Si estaban en su territorio y Portugal los atrapaba primero, tendría que negociar demasiado para que se las regresara, porque, no por el hecho de que él los encuentre significaba que se las iba a devolver tan fácilmente y sin algo a cambio.

El imperio de Portugal podría hacer lo que quisiera una vez que los tenga al frente de sus pies.

Lo único que no le contó a España mediante las cartas era que ya los había localizado, que ya sabía a dónde estaban y ya sabía a dónde se dirigían.

Solo unas semanas atrás las colonias discutían sobre que hacer, habían tantas decisiones opuestas e incluso hubo alguno que otro arrebato de ira. Pero al final se decidieron en algo, ir al palacio del imperio portugués y ayudar a escapar a las colonias que tuvieran allí.

Esta decisión fue en mayor medida gracias a Brasil que dió un buen punto; él sabía principalmente el trato de Portugal hacía sus colonias y aunque él fuera el que menos sufrió allí no ignoraba a los demás, entonces pidió ayuda para salvar aunque sea algunos.

Esto fue al final una votación propuesta por Estados Unidos, "los que quieran irse pueden hacerlo ahora", los que dijeron "no" no sé atrevieron a ir en un grupo aparte.

Por lo menos unidos podían hacerle frente a lo que sea.

Ahora acercándose al palacio del portugués después de hacer un gran recorrido, aguantando un poco de hambre, frío y sueño, no habían notado que de poco en poco iban a estar rodeados por los soldados portugueses.

-- Es cerca, ya no falta casi nada-- dijo Brasil casi emocionado, reconociendo más la zona por la que iban.

-- ¡Esperen un segundo!-- gritó Bolivia, todos voltearon a verle, era extraño pero él tenía en el fondo un presentimiento-- Siento que no es seguro...

-- Ya estamos aquí, no hay marcha atrás Bolivia-- dijo firmemente Venezuela, era el más decidido a sacar a Ecuador de allí por lo tanto seguiría aún con consecuencias.

El boliviano se mordió los labios y antes de que la caravana siguiera con el rumbo nuevamente los detuvo.-- ¡Yo no iré!-- Seguidamente se sentó en el suelo.

-- ¡Bolivia!-- regañó Venezuela, su expresión facial dejaba notar que estaba impaciente y molesto-- mueve tus nalgas de ahí y camina ahora mamaguevo, ¡No hay tiempo que perder!

Fue entonces que Cuba intervino dando un pequeño golpe en la cabeza del venezolano.

-- Calma Venezuela-- luego miró a Bolivia con seriedad -- deja al bebé Bolivia en paz.

El boliviano abrió los ojos de par en par y un fuerte sonrojo se apoderó de su rostro, se rehusaba a qué alguien lo llamara "bebé" y más si era Cuba, era simplemente humillante.