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Y mientras tanto España hablando con México, Cuba curando a Chile y a Colombia, Ecuador en manos del imperio portugués y Venezuela siendo escoltado por un supuesto intento de escape.

Paraguay se encontró con UK, vió su mirada molesta y se puso tensó al instante, pero por fortuna este solo siguió de largo, entonces exhaló tranquilo y continuo con su camino.

Él fue quién acuso los planes del inglés contra el español, de algún modo se enteró y le pareció prudente soltar la sopa.

Pero nadie por lo pronto se iba a enterar de eso.

(Paraguay sabe muchas cosas amigos)

[...]

— ¿Neta?, ¿enserio me crees?— Cuestiona el mexicano incrédulo.

Le había explicado lo que había acordado con UK; y España tranquilo solo se encogió de hombros y contestó.

— Creo más en una simple colonia que en UK— luego chasqueo la lengua— ah, y sobre esa absurda idea de ir con tu familia, olvida eso, eso nunca va a ocurrir.

Entonces México agachó la cabeza, pero se planteó la idea, que de todos modos iba a seguir intentando buscar a sus familiares.

Entonces prefirió antes de que España diera la vuelta hablarle sobre que US estaba encerrado y quería escavar un hueco para sacarlo, lo que a España, primero se enojo porque el mexicano había roto ya buena parte del suelo; segundo, le pareció una idea absurda.

— ¿Dadme una razón de porqué debería salir de ahí?— cuestiona España con sus dedos en el tabique y México habla con franqueza.

— Bueno... mmm... Es agradable.

— ¿Solo por eso?, tienes que darme una razón fuerte para sacar a Trece, vamos, ¡convénceme!

— De acuerdo, el gringo me agrada a pesar de que ronca como puerco y no me deja dormir con total tranquilidad.

— Eso no es cierto!, lo que te diga no es cierto!— grito US quién escuchaba todo pegando la oreja a la puerta.

México continuo— Pero es un buen wey, y sí no lo saca de todos modos buscaría alguna forma de sacarlo, porque él es mi amigo y a los amigos no los separan ni los muros.

Pero España no se veía muy convencido y se rasca la barbilla

— Que más da— dice despreocupado, saca las llaves de su bolsillo, sabe cuál tomar y abre la puerta— sal de ahí, andá.

El estadounidense se levanta y dice— Gracias

— si, bueno, fuera de aquí antes de que cambie de opinión y quiera lanzarte a los cocodrilos.

— ¡Aquí hay cocodrilos!— grito México impresionado.

España no le responde pero mantiene su mirada en la colonia de más edad y da media vuelta para retirarse; confundiendo y haciendo sospechar de algo a USA. Como un presentimiento de que algo había de verdad en lo que ha dicho.

Pero notó el frasco en la mano derecha de México y se lo quita para verificar que es.

—¿Qué haces con esto?— pregunta

— Oh si, eso ya no es importante, me desharé...— pero México se interrumpe mientras intenta recuperar el frasco pero el estadounidense no lo permite y no lo deja alcanzarlo— órale wey, dame eso.

— No— dice simplemente y el mexicano suspira.

— de acuerdo, solo no lo bebas, es veneno.

Y US responde como sí fuera lo más normal del mundo— Lo sé, no te preocupes, yo me encargo de esto.

Pero la verdad, es que se lo quería guardar para usar en otra ocasión.

[...]

Una hora más tarde, España entro a su despacho enfocando su mirada en Venezuela.

— Así que querías escapar— dice en tono evidente.

Pero Venezuela no tenía ánimos de hablar y a las preguntas de España de: «¿Como has encontrado esa forma de salir?» o, «¿Desde cuándo teníais esa idea de fuga?» no contestó nada.

— Cuando ya estaba tan tranquilo de que Nueva Granada no se iba a fugar más, llegáis tu y volvemos al mismo juego. Pero es increíble tío!

Golpeando con sus manos el escritorio Venezuela primero mira la posición de estás y luego levanta la mirada para confrontarlo.

— Me quitaron a mi hermano, ¿Qué querían que hiciera?

— Otra vez la misma historia— dijo España con cierto aburriendo y falta de empatía, Venezuela levantó la ceja confundido— tranquilo tu hermano no va a ir con el resto.

— ¿Con el resto, a qué se refiere?— pregunta alterado y España sonríe de medio lado.

— dije que no os preocupéis, o, ¿acaso nadie te lo ha dicho todavía?

Venezuela sintió un escalofrío recorrer por su espalda mientras España se acercaba a él, no sabía a que diantres se estaba refiriendo.

— Me quiero ir— dice afanado, pero España antes lo detiene tomándolo del hombro.

— ¿A dónde chaval, vais a preguntar?— rascó su ceja— escucha, todos vosotros van a terminar en el mismo sitio, cuando te enteres— lo toma del mentón— por tu bien, no intenteis nada, ni fugas o intentos de escape, quedó claro.

Lo último sonó estrepitosamente amenazante, Venezuela asintió y una vez que le permitieron irse, decidió ir a su habitación para poder asimilar que acabo de pasar.

[...]

Ya en la noche y con más calma Colombia observaba como la única salida que tenía era cubierta nuevamente por tierra y rocas. Argentina estaba a su lado y cuestiona lo evidente.

— Así que... Esa era la salida.

— Si— responde algo amargo.

Argentina se toma unos segundos para ir directo al grano— ¿Y que va a pasar con nuestro trato?

— Sigue en pie— dice pero el argentino le mira no muy convencido— voy a buscar otra salida— asegura.

— ¿A sí?, ¿cómo?— y reclama— sí vos querés que te de esa joya, dime, ¿cómo nos vas a sacar a Chile y a mi?

— Escucha— pasa su brazo alrededor del argentino— esto es solo un contratiempo...

— De los muchos tantos— interrumpe y reprocha Argentina. Colombia asiente.

— Si, claro Río de plata, pero no desconfíes de mi por eso, yo cumpliré con lo que acordamos.

— Más te vale— dice el argentino cruzado de brazos— Más te vale.

Ambos se retiran y van con chile y Venezuela quienes se encontraban en el cuarto de este último. Cuando llegan Colombia no puede evitar no verlo con molestia, después de todo lo consideraba culpable de ser tan imprudente de delatar su salida... Pero lo entendía.

— Argentina, Chile— dice Colombia— me dejan a solas con Venezuela.

Sin protestar los dejan, entonces el colombiano se acerca y se agacha en el cabezal de la cama para hablarle más de cerca al venezolano quién estaba boca abajo y tenía una almohada cubriendo su cabeza.

— ¿Ya te sientes mejor?— pregunta a Venezuela quien solo contesta un «si» muy bajito, era notable que aún estaba triste y a Colombia solo se le ocurre pasar una mano sobre su espalda.— este... Yo de verdad intente ocultarlo.

— Solo me hiciste perder el tiempo— dice Venezuela fríamente pero luego dice un poco más tímido— pero gracias por intentar que no se lo llevarán.

Y ahí se descubre la cara pero solo para cambiar de posición y mirar al techo. Ambos duraron en silencio un buen rato hasta que Colombia dijo.

— Te ayudaré, a recuperar a tu hermano.


「ᴇɴᴄᴇʀʀᴀᴅᴏꜱ」Where stories live. Discover now