｢ᴇɴᴄᴇʀʀᴀᴅᴏꜱ」

15

Pasó un mes desde que la llegada de Ecuador. Venezuela se encargaba todo el día de él, siendo insistente en no perderlo de vista, en que comiera bien y que durmiera tranquilo.

Todo este tiempo el venezolano ha sentido un ambiente tenso. Tabarona se veía inquieto buscando algo en toda la construcción, era el papel que había encontrado Venezuela hace tiempo, lo bueno es que aún no lo encontraba y no sospechaba que Venezuela tenía consigo lo que quería.

El venezolano caminaba con su hermano pequeño tomado de las manos, hasta que encontró a Estados Unidos, charlando con Canadá en una esquina.

Siempre se le hizo raro que siendo colonias del Reino Unido, no estuvieran con las otras colonias inglesas. Este par tenían sus razones para mantener la distancia de las colonias del 2 al 12 y era porque los demás eran demasiado pretensiosos y crueles, también daban migraña.

Pero, bueno, está vez era aún más extraño que estuvieran aún más alejados y susurrando fuerte

— Canadá!, es nuestra oportunidad— dice el estadounidense, la colonia número 13.

El canadiense negó con la cabeza, desconfiaba bastante de ese plan— USA, es muy arriesgado y necesitaríamos mucho tiempo para encontrar ese pedazo de papel.

Esas palabras sonaron en la cabeza del venezolano, en cuanto a Ecuador jalaba de la manga al venezolano para que le prestará atención. Por lo tanto Venezuela lo alzó y le pidió que guardara silencio un momento.

— Bueno, sin Colombia aquí, será sencillo, lo estuve analizando y estoy seguro que él tenía ese papel y es muy posible que lo escondió afuera.

— USA, ¿te estás escuchando?, mejor no, no te dejes tentar, es muy arriesgado, te puede costar la vida. Además Tabarona no te dejaría, sabes que está como loco buscando eso!

El estadounidense suspiro pesadamente, sabía que tenía razón y se dejó convencer momentáneamente por la colonia 1, por Canadá.

Mientras, Venezuela seguía intrigado por ese asunto, ¿por qué generaba tanto revuelo ese papel?. Incluso lo dejo más intrigado ahora, ¿qué tenía que ver Colombia con todo eso?.

Sea como sea, no siguió escuchando más y se fue con Ecuador al otro lado de la construcción.

— Cu.. digo Venezuela— dice ecuador con su carita recostada en el hombro de su hermano— Quiero ir a casa...

El venezolano suspiro con tristeza, también lo quería, ya sentía un total aburrimiento en ese lugar. Era monótono, sofocante, odiaba ese sitio y no podía imaginar toda su vida estando ahí, y claro que ya estaba pensando en la seria idea de escapar de allí.

Mientras tanto Argentina hablaba con R.d, sabía que pronto se llevarían a las chicas de nuevo al norte. Por lo tanto al saber que ellas tenían contacto con su hermana pues escribió una carta.

Como no tenía comunicación con ella desde que los separaron, era una buena oportunidad para que supiera que algún día se volverían a ver.

— ¿No quisieras darle algo más?— pregunta Dominicana.

El argentino niega no tenía nada más que ofrecer o dar— No... Pero te agradezco por este favor.

— No hay de que— dice con una sonrisa cálida y guarda la carta en su abrigo.

La experiencia para las tres muchachas fue incluso mejor que con Francia, así que no se quejaban mucho y tampoco padecieron mucho. No sé sentían tan agotadas mentalmente como lo era en el Palais Nord, así que estar en el castillo de España fue un leve descanso.

Continuando, el chileno que desde hace un rato estaba escuchando hablar a este par desde el borde de la cama, se sentía algo fuera de lugar, algo enfadado. No sabía que eran celos inocentes, así como no sabía que el concepto de amigos podía avanzar a algo más.

México recientemente los estaba buscando, para hacer algo, cualquier cosa, estaba aburrido y no encontraba a Canadá, entonces entra a la habitación, ve la cara de Chile y se ríe.

— ¿Qué pasa Chilito?, ¿por qué tan amargado?

Chile niega y hace como si nada— ¿Qué quieres México?

Este se recuesta en la entrada de la puerta y les mira con detenimiento, trae algo bueno consigo y lo dice abiertamente.

— Encontré una pared falsa, parece que va a algún sitio, ¿Quieren venir?