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— ¿Filipinas?— pregunta el canadiense, la italiana alzó los ojos y se puso a pensar un momento.

— No, estoy segura que era Fimpilinas... Casi segura... ¿Cómo dices que dijiste?

Canadá estaba apunto de repetir cuando se escuchó el ronquido en su nuca de Brasil, lo que le provocó algo de cosquillas extrañas y una pequeña risa en el resto.

— ¿Por lo menos alguien puede dormir tranquilo?— dijo la uruguaya, y comenta— sí quieres podés cambiar de sitio con Panamá.

La panameña en menos de dos segundos se sonrojó, menos mal estaba oscuro y nadie lo notó, entonces habló— ¿Qué-é... quién yo?

— ¿Hay alguna otra Panamá aquí?— dice Costa R. para luego hablar algo pícara y  burlona— aprovecha, es una oportunidad única en la vida.

Cómo pudo, Panamá se cubrió el rostro por instinto y dijo— bueno... Sólo porque soy gran amiga de Perú, muévete Canadá.

El canadiense no objetó y quién ahora moría de nervios era la peruana quién agarró del brazo a Panamá en un pequeño intento de que no se fuera pues no estaba preparada mentalmente para que Canadá se le acostara al lado.

Cuando eso pasó la peruana quedó tiesa como roca, ni siquiera parpadeó, por lo que Costa Rica no desaprovecha en preguntar.

— Sabés Canadá, hacé algo de frío ¿por qué no abrazas a Perú? ayudaría a mantener el calor.

— ¡Bueno!— exclamó finalmente Perú— yo, yo creo que es mejor intentar dormir un poco ¿no?

Costa Rica iba a decir algo más pero Italia interrumpió— Tiene razón, es mejor intentar dormir o mañana será un completo calvario.

— ¿Qué tal otra historia para dormir?— sugiere la uruguaya, jugando un poco con los mechones de su cabello— debés saber alguna más interesante.

Italia se lo meditó un rato— Ya sé!, les contaré la historia de amor imposible de mi tío abuelo— dice con una pequeña sonrisa— según él quería mantenerlo en secreto y yo juré que lo guardaría para siempre, pero na' estamos entre amigos.

[...]

Faltaba un par de cajas más, pero Colombia se lo meditó un poco y pensó que era mejor idea dejarlo así como estaba, pues tenía un mal presentimiento que iban a ser descubiertos antes de que iniciará el plan.

— ¿Qué están haciendo?... — preguntan a sus espaldas, esa pequeña voz logró sobresaltar a los cuatro causando que se les saliera el alma un momento, voltearon y era Paraguay.

Bolivia saltó de inmediato sobre el paraguayo y le habló emocionado— ¡menos mal!, casi me muero del....— cuando miró el palacio la luz que iba pasando al lado de las ventanas y la silueta que mostraba le hizo quitarse de inmediato de encima de Paraguay, para hablarle al restó.— ese... ¿podría ser?

— ¿Por qué está despierto?— dice Colombia entre dientes y casi enojado, miró a Venezuela quién solo levantó las manos y admitió.

— Puede ser que... Lo despertamos, por accidente?— dudó un poco en decirle.

— Ahora sí, hay que irnos, pero primero... Hay que encender está cosa— Colombia con ayuda de Argentina empezaron a preparar todo para la detonación y obligaron al resto a alejarse.

El argentino tiró de la cuerda hasta tener distancia suficiente para que la explosión no les afecte y Colombia empezó a preparar un poco de fuego casero para encenderlo. Todo ocurrió tan rápido, el fuego se extendió en la cuerda, los chicos empezaron a correr hasta que en cierto punto escucharon el fuerte sonido de la explosión.

「ᴇɴᴄᴇʀʀᴀᴅᴏꜱ」Où les histoires vivent. Découvrez maintenant