｢ᴇɴᴄᴇʀʀᴀᴅᴏꜱ」

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— Recién llegaba y el cambio fue algo duro,a decir verdad. Pero preferiría estar solo, bueno, solo yo y mi hermanito hasta que US fue el primero en hablar conmigo y en entablar una "amistad".

Venezuela froto su mandíbula y dijo— Bueno pana, pero no te vayas tan atrás, ve directo al grano que me mata no saber que ocurrió ese día...

El colombiano rodó los ojos y continúa— Bien, todo parecía normal,  ya sabes, la misma rutina que todos los malditos días... Sabías que para ese entonces recién llego Canadá?

Venezuela negó y le pidió que le contará.

— Bueno, Francia, también vivía muy apegada a él, tanto que Canadá una vez la veía salía a correr y se escondía; pero no duraba mucho ella siempre lo encontraba y después de pasar un rato con él lo dejaba en paz.

— ¿Qué tiene que ver Canadá con todo esto?

— Calmado hermano que a eso voy— dice Colombia y chasquea la lengua— Francia antes de ir por mi hermano pasó un rato con Canadá. Canadá se enteró de su propia boca y me avisó, pero luego salió a correr para esconderse de nuevo.

» Y fué entonces que yo me preocupe porque no quería que apartarán a mi hermano de mi. Busque a US y él... Pensé que me ayudaría pero no.

» Dijo que lo iba a esconder muy bien, me prometió que me ayudaría— al colombiano se le aguaron los ojos un poco y su voz se empezó a quebrar— y yo confíe en él y de estúpido le entregué a mi hermano...

» Y es que luego lo veo entregarlo tranquilamente a Francia como sí fuera un regalo. Y yo hice lo que pude para que no se lo llevarán pero me encerraron un tiempo y no pude hacer nada.

Unas lágrimas traicioneras salieron de sus ojos, Venezuela le ayudó a limpiarlas y pregunta de la manera más empática y suave posible
— ¿Sabes que le ocurrió después?

— Si— responde un poco decaído y Venezuela le mirá con interés— No es bonito de escuchar....le sacaron los ojos.

Al venezolano se le cayó la mandíbula por la sorpresa, esperaba escuchar de todo menos eso, ahora mismo estaba pensando en el ecuatoriano, una idea le llegó a la cabeza de que podría tener el mismo destino. Entonces se puso pálido, cosa que Colombia notó.

— ¿Qué te ocurre?— pregunta pero Venezuela lo ignora en cambio se agita nerviosamente.

— Coño e' la madre, Ecuador!.

Al momento en que Venezuela dijo eso Colombia entendió y intento tranquilizarlo— Tranquilo, no le va a pasar lo mismo.

— ¡¿Cómo estás tan seguro?!— grita y de inmediato quiere dejar la habitación.

— Espera!— dice Colombia, que solo levantó la cabeza para poderlo ver, recordemos que sigue amarrado— No te preocupes, no le va a pasar lo mismo porque Ecuador se fue con Portugal.

— ¡CON MÁS RAZÓN ME VOY A PREOCUPAR!— grita muy alto y luego se tranquiliza un poco— no me puedo quedar aquí, tengo que hacer algo antes de que le saquen los ojos.

Una vez dicho eso, dió media vuelta y se marchó dejando a Colombia con la palabra en la boca.

— Este hijueputa... —dice con recelo— Después dice que yo no le cuento nada...¹

[...]

Venezuela estaba corriendo para buscar a España, pero en el camino se fija que Cuba tenía algo en su mano, que brillaba un poco con la tenue luz que entraba, caminaba de adelante para atrás y era notable que estaba divagando con respecto a algo.