｢ᴇɴᴄᴇʀʀᴀᴅᴏꜱ」

2

—Te llamarás Confederación americana de Venezuela.

Le dice aquel hombre con ese tono tan especial de piel. En momentos anteriores, los pequeños fueron llevados a un palacio como a todos los demás. Indigno al hombre cuyo nombre era España ver las apariencias demacradas, los ojos tristes y aquellos dos pequeños con marcas sobresalientes que le dejaron realmente molesto.

Su orden fue traer a los niños en las mejores condiciones, no como los estaba viendo. Por ello mando a castigar a toda la tripulación.

— Pequeño, te llamarás Estados de Silice

Le dice al pequeño de 5. Los niños estaban impresionados por entenderle,  no sabían que hablaban el mismo idioma. Era una cualidad especial que tenía los "terris", éstos pequeños eran eso por lo tanto comprendían ya que la evolución en sus cerebros les ayudaban a entender cualquier medio de lenguaje.

—Te llamarás Valle de Chile.

Le dice al chico de ojos tristes. Intenta tocarlo para decirle que todo estaría bien, él no le va a creer y menos con todo lo que le hicieron en el barco.

España siguió nombrando a otros dos más, se detiene en uno en particular, pregunta en qué zona lo encontraron y le dijeron el norte.

—No se me ocurren más nombres, te llamarás Nueva España.... Si se te ocurre algo mejor, bienvenido sea chaval.

Luego de eso ordena llevar a los niños a lavar, luego comerían con los otros 21 que tenían en ese lugar. Los niños fueron obligados a bañarse, a vestirse y luego los obligaron a entrar a la parte enrejada del palacio donde andarían "libremente".

Eso llama la atención, pero solo uno de los chicos (que lucía de 14) se acerca con una sonrisa amigable. Chile sale a correr y choca con alguien.

— Perdón, no te ví— dice un menor de tal vez unos 11 o 12 años, el chileno intenta alejarse— Se que da mucho miedo todo esto, pero estarán bien— le da su mejor sonrisa mientras le sigue aquel paso lento— Me nombraron Rio de plata, pero puedes decirme Argentina.

El chico salió corriendo y se esconde en una habitación que estaba bastante al fondo, no estaba vacía.

— Hola?— saluda por detrás, Chile se desliza en la puerta por el miedo— Te puedo ayudar?

Niega con la cabeza, el contrario deja el libro de lado y se acerca a tan temeroso chico— Yo estaba igual cuando llegue— dice sincero— Me nombraron Nueva Granada, como te llamas?

Alguien golpea la puerta, ese alguien era Argentina— Oye Colombia, el nuevo está ahí?

— No, no se de que hablas— miente y luego se arrodilla para hablarle en voz baja— él me puso Colombia, puedes decirme así si quieres— Chile sigue sin responder— Me dirás como te nombraron?

— Chi-chi- Chile— suelta aún muy nervioso.

— Hola Chichichile— saluda y ríe por lo bajo, luego se da cuenta que no debería jugar con aquel chico hasta que tuviera confianza— Perdón. Hola Chile.

Se levanta y va a sentarse de nuevo en su cama para continuar con su libro.

— Qué es éste lugar?— pregunta el chileno. El colombiano sin despegar la mirada del libro dice.

— Una jaula muy grande y lujosa— dice con seriedad.

— Que es jaula?— pregunta inocente, ese concepto no es familiar en cuanto  la libertad que vio en todo lo que era su hogar

— Después te explico...— Suspira y cambia el tema—Ya casi vamos a comer, yo de ti me mostraría más seguro ante todos.— Chile estaba a punto de preguntar un por qué?— Siéntate conmigo, suelen molestar mucho a los nuevos.